Para mejorar la calidad de las pruebas, o al menos con ese objetivo oficial, la Dirección General de Tráfico ha introducido una serie de cambios para poder obtener el carné de conducir.
No todos están de acuerdo, para muchos es una forma de incrementar o mejorar el negocio de algunos.
Todo empieza con la transposición de la Directiva Comunitaria 126/2006 sobre permiso de conducir que ha entrado en vigor el 19 de enero pasado y que es obligatoria para todos los Estados Miembros. Aunque España ya traspuso esta normativa a través de la modificación del Reglamento General de Conductores (en 2009) faltaba por poner en vigor el Anexo VIII de dicho Reglamento en el que la calidad pasa a ser el objetivo para la superación de los exámenes de conducir.
Las novedades que incorpora el carné de conducir son varias y algunas de calado, sobretodo en la parte práctica del examen. Así, en cuanto a la parte teórica lo que se ha hecho ha sido incrementar la base de datos a 15.500 preguntas que se actualizan a diario. De forma que no habrá dos exámenes iguales. Poco a poco, en las Jefaturas se irá imponiendo la electrónica de forma que los exámenes teóricos se hagan a través de pantallas táctiles. En la página Web de la DGT se irán colgando periódicamente parte de las preguntas que forman la base de datos.
Conducción autónoma en el examen práctico
En cuanto a la parte práctica, los cambios se van a notar más. La duración del examen será de 25 minutos (para turismos y motocicletas), y 45 minutos para los permisos profesionales (camiones y autobuses). Antes de la prueba, el examinador y el aspirante tendrán ocasión de conocerse personalmente y el examinador aprovechará para pedir al aspirante que realice alguna de las pruebas previstas como señalar partes del vehículo (depósito del líquido de frenos, etc.), poner en funcionamiento diferentes dispositivos (luces largas…) Se trata, según la Directiva comunitaria de que los aspirantes a conductores acrediten que conocen el vehículo, sus dispositivos, etc.
Pasada esta primera prueba y ya a bordo del vehículo, los diez primeros minutos, el aspirante tiene que demostrar el manejo del vehículo mediante la denominada “conducción autónoma”, dirigirse a cualquier punto señalado por el examinador utilizando como guía las indicaciones y señalizaciones viarias; dirigirse a cualquier lugar conocido por el aspirante o conducir libremente. Si el vehículo cuenta con GPS, el aspirante puede utilizarlo, si es que sabe. Una vez concluidos los diez minutos, el examinador continuará la prueba práctica dándole al aspirante las indicaciones necesarias para la adecuada conducción.
La conducción autónoma en la prueba práctica se implanta con un objetivo: que el aspirante demuestre que tiene capacidad para conducir por sí mismo tomando las decisiones adecuadas en cada momento.
Además, una vez finalizado el tiempo de realización de la prueba, el examinador valorará si el aspirante ha realizado una conducción eficiente. Y allí mismo, el examinador, con el profesor y el aspirante delante, comunicará el resultado del examen, comentará los fallos realizados, etc.
Vigencia de los carnés de conducir
La Directiva Comunitaria, de la que hemos hablado más arriba, establece unos períodos de validez para los carnés profesionales, que son las mismas que las de nuestro Reglamento General de Conductores: las categorías de carnés AM, A1, A2, A, B, B1 y BE tendrán una validez de diez años, aunque la Directiva da competencias a los Estados miembros para expedirlos con una validez de 15 años, mientras que los permisos de las clases C, CE, C1, C1E, D, DE, D1 y D1E tendrán una validez de cinco años.
