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El pasado 11 de marzo, FENADISMER celebró
en Madrid su asamblea ordinaria en la que
entre otros temas, se denunció la excesiva
internacionalización de una cada vez mayor
número de las flotas españolas. En palabras
de Julio Villaescusa, se está dando una preo-
cupante y “excesiva rumanización”. Afortuna-
damente, la Inspección de Trabajo, informada
de esta situación, ha manifestado un vivo inte-
rés en conocer la forma y el fondo de la cues-
tión así como si se está cumpliendo la legisla-
ción laboral aplicable en estas situaciones de
traslado de trabajadores a nuestro país.
Y
es que son cada vez más las flotas españolas
que venden parte o todo de sus camiones
(cuando no se los colocan a sus hasta ese momen-
to asalariados que tienen que convertirse en autó-
nomos por la vía rápida), despiden a sus trabaja-
dores y compran otros tantos camiones para
matricularlos en Rumanía, Bulgaria,… cualquier
país con unos costes salariales bastante inferiores
a los españoles. Contratan conductores del país
que por un salario menor prestan los mismos ser-
vicios que venían prestándose con la empresa
“española”. Las ventajas para las flotas que se van
fuera están claras: menor coste social y fiscal.
DESTACADO: A la Inspección de Trabajo le
genera dudas el que tantas flotas hayan despedido
a sus trabajadores en España para establecerse en
otros países con menor coste social, laboral y fis-
cal y seguir haciendo el mismo trabajo que vení-
an haciendo en territorio nacional pero con tra-
bajadores extranjeros y camiones con matrículas
también extranjeras.
Pero, la Inspección de Trabajo ya tiene conoci-
miento del asunto y ha manifestado un vivo inte-
rés por conocer si se está cumpliendo la legisla-
ción española en esta materia. Y es que cuando
una empresa “extranjera” desplaza a sus trabaja-
dores a nuestro territorio tiene la obligación de
retribuir y establecer las condiciones de trabajo
(jornadas, permisos, vacaciones, etc.) exactamen-
te igual que como indica la legislación española
para el resto de los trabajadores nacionales del
sector (con lo cual la ventaja de irse fuera no sería
tanta ventaja), además de la consiguiente obliga-
ción de comunicar a la Inspección de Trabajo el
traslado de estos trabajadores extranjeros a nues-
tro territorio, precisamente para poder compro-
bar que se está cumpliendo la legislación españo-
la. Y es obligatorio comunicar este traslado de
trabajadores extranjeros y que cumplan con nues-
tra normativa social y laboral siempre que el tra-
bajador esté desplazado un periodo mínimo de 8
días, en un año, no tienen que ser consecutivos, ni
en un mes, si no en un año, repetimos.
Las organizaciones presentes en la Asamblea
dejaron claro el profundo malestar por la modifi-
cación de la LOTT en alguno de sus actuales tér-
minos. Y es que, de salir así publicada la frustra-
ción generada en el sector podría dar lugar a reac-
ciones de rechazo a la misma
Además la asamblea de FENADISMER debatió
y denunció otros temas que preocupan y no poco.
Uno de ellos la modificación de la LOTT que pare-
ce hecha para dejar al transportista autónomo sin
argumentos. Ante el descontento generalizado
por esta modificación y teniendo en cuenta la
frustración que se va a generar en caso de seguir
adelante tal cual, las organizaciones presentes en
la asamblea advirtieron de que pueden producir-
se reacciones de rechazo a la misma.
Otro tema controvertido en la asamblea la obli-
gación cada vez más generalizada que los grandes
distribuidores imponen a los transportistas de
realizar la carga y la descarga (por cierto que en
la modificación de la LOTT está prohibición des-
aparece, por lo que los transportistas quedarían
más indefensos). Es una situación contraria a la
prevención de riesgos laborales además de supo-
ner un acto de economía sumergida. Solo por eso,
debería dejar de imponerse esta obligación a los
transportistas. Pero como no es bastante, tendrá
que actuar la Inspección de Trabajo.
Finalmente, se insistió en otro de los temas, que
ya hemos venido denunciando en ediciones ante-
riores de FENADISMER EN CARRETERA y es
la, otra vez, generalización de que el transportis-
ta tenga que realizar la carga y la descarga en las
grandes superficies. Una vez más volvemos a
denunciar este abuso que se viene produciendo,
que se va extendiendo como consecuencia de la
crisis ya que el transportista está aún en peor
situación ahora frente al cargador que hace unos
años. Pero la realización de estas operaciones por
parte del transportista incumple y es contraria a
diversas normas. A la prevención de riesgos labo-
rales porque se ve obligado a utilizar una maqui-
naria para la que no ha sido formado y en unas
instalaciones que no conoce. Y hay que tener en
cuenta un hecho importante, si sucede algo la res-
ponsabilidad no es solo del cargador, es también
del transportista. Y además, puesto que estas
labores no se pagan ni se incluyen en los albara-
nes ni en las facturas suponen un acto de econo-
mía sumergida denunciable y susceptible de ser
perseguido por Hacienda como tal.
Mientras tanto una vez más, las grandes distri-
buidoras ahorrando costes (mozos de almacén) a
costa de los transportistas.
Demasiada internacionalización
Asamblea General de FENADISMER