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E
n un momento en que el transporte no
pasa por su mejor momento: crisis,
aumentos de costes, tarifas con precios
ajustados y competencia feroz en el sector, la
mayoría de fabricantes ofrecen productos con
mecánicas ligeras y compactas, optimizadas al
máximo para conseguir la mayor rentabilidad
posible. Con prestaciones ajustadas para una
conducción inteligente y en la mayoría de los
casos con arquitecturas en línea. Pero siempre
queda un sector que demanda más potencia y
prestaciones, para aplicaciones concretas. Algu-
nos sectores con entregas a fecha a la antigua
usanza, algunos transportes especiales, sectores
en los que prima más la respuesta del motor y las
prestaciones y no tanto aspectos como el consu-
mo o la tara.
Para estos sectores, la marca ofrece su última
generación de camiones, la versión Streamline,
con pequeñas mejoras interiores y un paquete de
mejoras aerodinámicas en el exterior, con el fin
de rebajar el CX de la tractora y por tanto ayudar
a reducir los consumos. Todo esto motorizado
por la nueva gama de propulsores Euro 6 y cajas
automatizadas de última generación. Y para los
más osados, como en este caso, se mantiene la
oferta de los propulsores V8.
Continuidad estética
Las modificaciones exteriores se han integrado
perfectamente en la carrocería, de forma que se
mantiene prácticamente inalterable la imagen
de la marca. Por fuera, de lejos, no se aprecian
diferencias notables con las anteriores versiones
de la gama R, pero cuando observamos el vehí-
culo en detalle sí que apreciamos los cambios.
Una serie de pequeños deflectores, repartidos en
puntos estratégicos, como las esquinas inferio-
res de la cabina, bajo los mofletes, incluso los
propios mofletes, o bajo el paragolpes delantero,
ayudan a canalizar el flujo del aire que genera el
propio camión al circular. Incluso en algunos
casos el guiado de esta corriente de aire ayuda a
mantener limpia algunas zonas de la carrocería,
como pueden ser las manetas de las puertas o los
cristales de las ventanillas laterales. La visera
exterior también ha sufrido una ligera modifica-
ción, así como los encastres de los grupos ópticos
y los indicadores de dirección.
El interior de la cabina obedece a la distribu-
ción tradicional en Scania de los elementos y el
reparto de zonas. Un habitáculo de sobra conoci-
do, en el que destaca la posición de conducción,
ligeramente retrasada y que junto con el parabri-
sas vertical proporcionan una sensación de
amplitud real. El tablero envolvente asegura un
reparto ergonómico de los accesorios alrededor
del conductor y su correcta visión.
Como hemos mencionado, no hay cambios ni
en los accesos ni en la distribución interior. El
acceso se realiza con comodidad y en el interior
disponemos de abundante espacio para almace-
nar enseres, sobre el parabrisas, en los laterales
de las literas, bajo el salpicadero o en la pared
posterior de la cabina, además de los dos cofres
laterales, bajo la litera, con acceso tanto desde el
exterior como desde el interior de la cabina.
Un habitáculo más que suficiente para dos con-
ductores. Si solo circula uno, disfrutamos de una
en
la
carretera
Full power
Scania sigue fiel a sus tradicionales mecánicas V8, y a pesar de las exi-
gencias de la restrictiva normativa Euro 6, los ingenieros de la marca,
han conseguido mantener la producción de estos fiables y potentes
propulsores dentro de la normativa de emisiones y por tanto mante-
nerlos en la oferta de la marca sueca.
Si observamos el vehículo en detalle apreciamos
los cambios, como una serie de deflectores
repartidos en puntos estratégicos, que ayudan a
canalizar el flujo del aire que genera el propio
camión al circular
Texto: Luis Martínez de la Parra
Fotos: Fernando Herranz
prueba
Scania R 580 Streamline Euro 6
Detalle del
tablero de ins-
trumentos y de
la palanca del
mando selector
del cambio.