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14
en
la
carretera
Asistencia en carretera
Hartos del abuso de las aseguradoras
ventajosas. Sin duda, porque la actividad de
la empresa de asistencia depende exclusiva-
mente de los servicios de las aseguradoras,
que dominan el mercado de la asistencia en
carretera.
Por debajo del coste
La causa de su reivindicación no era sólo el
precio medio que se cobraba por un servicio
medio de apenas 20 euros, una cantidad abso-
lutamente insuficiente para cubrir gastos, es
la falta absoluta de confianza de estas asegura-
doras con el empresario de asistencia, pues
son incapaces de garantizar ni un número
mínimo de servicios, ni un precio que cubra el
coste del servicio. A cambio, eso sí, pactan en
contratos de adhesión la absoluta disponibili-
dad del gruista para con la aseguradora, las 24
horas del día, los 365 días del año.
Las Compañías conocen sobradamente cómo
hacen trabajar y en qué condiciones a sus
gruistas proveedores. Hace nueve años, cuan-
do fueron a la huelga los gruistas, el Gobierno
propició una Mesa Sectorial constituida al
efecto entre los gruistas y UNESPA (asociación
de entidades aseguradoras), y se tuvo ocasión
de tratar de forma pormenorizada todas estas
cuestiones (costes, tarifas, dependencia, etc.). (.
Incluso se encomendó la confección de dos
informes sobre costes que confirmaron el des-
fase negativo, sin que a día de hoy haya sido
adoptada ninguna medida de solución más que
para afianzar aún más si cabe la posición
inquebrantable de las aseguradoras. Es más,
quienes encabezaron estas iniciativas en
defensa de sus legítimos intereses sufrieron
represalias en sus relaciones contractuales.
Bien es cierto que la Audiencia de Alicante
ha condenado recientemente a una compañía
aseguradora por una conducta abusiva sobre
su proveedor, anulando una cláusula del con-
trato de adhesión que obliga al gruísta a estar
disponible a todas horas, sin que la asegura-
dora tenga obligación de garantizar el más
mínimo número de servicios. También se les
condena a indemnizar cuando prescinden sin
más del gruista. A los transportistas del sec-
tor de asistencia en carretera les queda la jus-
ticia. Pero empieza a ser deseable que este
problema no tenga que resolverse en los Juz-
gados.
A continuación os exponemos la denuncia que
la Asociación Empresarial de la Comunidad
Valenciana de Asistencia en Carretera, AEC-
VAC, integrada en FENADISMER, realiza
sobre la situación que viene soportando en los
últimos años de permanente abuso e imposi-
ción de condiciones por sus clientes, las com-
pañías aseguradoras.
Como ejemplo, un Juzgado de Elche ha con-
denado recientemente a un grupo empresarial
por tener a sus trabajadores del sector de asis-
tencia en carretera sometidos a jornadas inso-
portables “con total disponibilidad durante las
24 horas del día”, de manera que, además de
“las 10,5 horas de presencia en el lugar de tra-
bajo y haciendo labores de conducción”, esta-
ban “otras 12 horas a total disponibilidad de la
empresa para ser llamados y prestar servicios
efectivos”, “disponibles a cualquier llamada que
se le realizara para prestar servicios efectivos”.
22 horas y media de ocupación diaria no es ni
concebible ni fácil de llevar.
Esta rutina de trabajo inhumana, exigida por
las aseguradoras, ha sido denunciada, y se han
acompañado informes médicos de los trabaja-
dores en los que se llega a afirmar por el perito
en medicina laboral que “se trata de un trabajo
con un desmesurado horario laboral, que impi-
de el descanso necesario al trabajador para
poder desarrollar su trabajo con mínimo de
seguridad y eficacia exigibles, procurándole a
éste un agotamiento físico y psíquico que
ponen en peligro tanto la salud del trabajador
como la de terceras personas, ya que se trata de
trabajos de asistencia en carretera”.
Ansiedad y depresión
“… ante estas condiciones laborales tan
duras… el trabajador se encontraba agotado
física y psíquicamente. No encontraba el apo-
yo necesario en la empresa por parte de los
superiores, sino lo contrario, exigencias cada
vez mayores, de modo que fue entrando pau-
latinamente en un proceso de ansiedad y
depresión que le impedía cada vez más el des-
arrollo de su trabajo. Así, es dado de baja por
un proceso psiquiátrico, siendo diagnostica-
do, según informe de la Unidad de Salud Men-
tal de la Mata, con fecha de 1 de julio de 2011
de Trastorno de Adaptación con Alteración
Mixta de las Emociones y de la Conducta
reactivo a problemática laboral…”.
“…La causa principal, un horario laboral
desmesurado que no permite en el trabajador
descanso y que supone un alto grado de estrés
constante...”
Hace nueve años se pudo comprobar en
España el problema social que vienen
sufriendo los empresarios de grúas de asis-
tencia en carretera, cuando los gruístas fue-
ron a la huelga y más de 10.000 vehículos dia-
rios quedaban sin atender en las cunetas de
las carreteras españolas en plena vuelta de
vacaciones.
Era una manera pretendidamente eficaz de
pedir ayuda por parte de un sector absoluta-
mente dependiente de las poderosas asegura-
doras, reivindicando su dignificación profe-
sional tras una enquistada postura inque-
brantable de las entidades de seguro del auto-
móvil. Porque el mecanismo de presión
empleado por las aseguradoras es repetitivo:
cuando logran fidelizar una relación contrac-
tual con el gruísta y fijar su dependencia eco-
nómica, para lo que el empresario habrá
materializado una extraordinaria inversión
en su adaptación a las necesidades del servi-
cio que se le viene ofreciendo y exigiendo, su
capacidad negociadora deviene en nula. La
aseguradora amenaza con una reducción
drástica de los servicios, de manera que, o se
accede a las pretensiones, aún siendo ajenas a
lo establecido en el contrato, o se prescinde
del proveedor. En la generalidad de los casos
en que se ha materializado la amenaza por la
negativa del gruísta, la propia aseguradora
insta a la implantación de nuevos proveedo-
res en la zona, o entrega los servicios a otros
competidores, incluso con condiciones más