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U
na década después de la deserción del
Vaneo, Mercedes-Benz ha vuelto al seg-
mento de los comerciales más ligeros
con una nueva apuesta pero menos arriesgada
económicamente que la que realizó en 2001 con
el lanzamiento del Vaneo. En esta ocasión ha
optado por colaborar con otro fabricante que ya
contaba con un producto consolidado, el Kan-
goo, y sobre esa base introducir los elementos
diferenciadores que marcan las distancias entre
los vehículos.
En el apartado estético, las diferencias son cla-
ras en el frontal. El del Citan responde al diseño
que impera actualmente en los turismos de la
marca germana, identificación que se consigue
sobre todo con el diseño de la parrilla, con sus
tres lamas de generoso tamaño, igual que la
estrella.
En el interior, la configuración del salpicadero
es totalmente made in Mercedes-Benz. A nues-
tro entender, éste no es precisamente uno de los
puntos fuertes del Citan. Guste o no la estética
elegida, se echa en falta que en esa gran super-
ficie de plástico, no se haya acondicionado nin-
gún espacio porta objetos, tan necesarios en
cualquier vehículo, pero sobre todo si se orienta
a una utilización profesional. Además, aligera-
ría la impresión visual que produce ese volu-
men de plástico. De todos modos, para guardar
los objetos de uso cotidiano disponemos de un
buen surtido de posibilidades: una bandeja bajo
el techo, la guantera y un cajón entre el asiento
de conductor y copiloto, además de las bolsas de
las puertas.
En lo que se refiere a la ergonomía, los asien-
tos ofrecen una buena sujeción lateral, por enci-
ma de la media para este tipo de vehículos y
resulta sencillo encontrar una posición cómoda
de conducción. Las plazas de los acompañantes,
tanto la de delante como las traseras, permiten
que los pasajeros disfruten de una notable
comodidad dadas las dimensiones del vehículo.
El volante solo se puede ajustar en altura, no en
profundidad. Y por lo que se refiere a la palanca
de cambios, su colocación facilita su acciona-
miento, preciso y efectivo. En este apartado se
nota la mano de Mercedes-Benz, ya que los
mecanismos responsables de su accionamiento
son de su cosecha.
La información que ofrece el ordenador de
abordo es amplia, pero para consultarla hay que
pulsar un selector que está situado sobre el sal-
picadero, tras el volante, lo que dificulta al prin-
cipio su accionamiento de forma instintiva.
Aprovechamiento del espacio
En cuanto a la zona de carga, aunque nos
encontramos con un Combi, las posibilidades de
alojar carga son muy amplias, ya que la segun-
da fila de asientos se ha concebido siguiendo el
sistema ya muy extendido entre muchos mono-
volúmenes: al plegar los asientos, sus respaldos
dan continuidad al maletero, transformando
casi en una superficie plana todo el espacio que
queda libre tras los asientos delanteros. Por otra
parte, la Citan incorpora en el techo dos barras
longitudinales, de las que se separan por una
articulación sendas barras transversales, for-
mando un cuadrado con las anteriores, lo que
facilita la colocación y sujeción de objetos sobre
el techo del vehículo.
De las opciones mecánicas disponibles para la
Citan, este modelo cuenta con el motor 109 CDI,
un propulsor de 90 CV muy bien aprovechado,
al que se le queda hasta corta la caja de cinco
velocidades, lo que obliga a subir un poco las
vueltas, alrededor de las 1.700, para hacer los
cambios de marchas y no quedarnos sin gas.
Sin embargo, sus consumos son extremada-
mente contenidos, ya que rodando por ciudad
en vacío, se mantiene en el entorno de los cinco
litros y medio. Y directamente, también son
reducidas sus emisiones de CO2, que oficial-
mente se sitúan en 112 gra/km. A conseguir
estas cifras ayuda el paquete BlueEfficiency,
que el caso de la Citan, integra la función de
parada y arranque Eco (el start-stop), neumáti-
Mercedes-Benz Citan 109 CDI Combi
en
la
carretera
prueba
El Citan es un claro ejemplo de que los detalles pueden marcar las diferen-
cias. Derivado de la furgoneta de Renault, incorpora suficientes elementos
made in Mercedes-Benz como para ofrecer unas sensaciones muy diferen-
tes de las que se podría esperar de un simple clon.
El valor de los detalles
Al abatir la segunda fila de asien-
tos, los respaldos quedan al mismo
nivel que la zona de carga.