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en
la
carretera
terreno complicado, y que una situación
extrema es siempre una situación extrema.
Independientemente de la sensación de segu-
ridad y de facilidad que nos transmita el
camión, no podemos dejar de estar pendien-
cionamiento es suave, sin brusquedades y
con mucha precisión en su respuesta.
La capacidad ascensional es seria, al igual
que la de maniobra. Ésta tan sólo se ve dis-
minuida en los momentos en que se precisa la
máxima tracción y nos vemos obligados a
conectar todos los bloqueos, cosa que sólo
ocurre en situaciones puntuales. El sistema
electrónico de control del acelerador ayuda a
esta excelente capacidad de ascenso, ya que
podemos fijar las revoluciones del motor en
cualquier momento, sin necesidad de utilizar
el acelerador –como el cruise-control, pero
fijando las revoluciones en vez de la veloci-
dad–. De esta manera no nos influyen ni los
baches ni las reacciones de la suspensión y el
camión mantiene su ritmo ascensional.
No menos importante es la capacidad de
descenso. A ello ayudan diferentes elementos:
el comportamiento de la caja de cambios, el
freno motor de elevadas prestaciones, el
retárder hidráulico y los eficaces frenos de
servicio.
La facilidad de arranque en cuesta está ase-
gurada por la efectividad del sistema con el
cambio automatizado, por la suavidad del
embrague en el modelo de cambio manual y
por el sistema de freno de estacionamiento de
accionamiento eléctrico y desactivación auto-
mática, que puede utilizarse como sistema de
ayuda para el arranque en cuesta.
Todo esto puede inducirnos a una sensación
errónea, que parezca todo más fácil de lo que
es. No podemos olvidar que estamos en un
Nos sorprendió la gran
elasticidad de esta nueva
generación de motores, con unas
recuperaciones sorprendentes,
pero especialmente el D13, que
se mantuvo estoicamente en las
rampas a 1.000 revoluciones y en
ocasiones por debajo de esta
cifra, recuperándose con energía
en cuanto el terreno le resultó
favorable
Los módulos de los interruptores del cuadro, son fácilmente intercambiables en sus alojamientos,
esto permite distribuirlos a gusto del conductor, en función de sus preferencias.
tes del terreno, rampas curvas, pendientes,
adherencia y de la carga, para evitar proble-
mas.
Tanto la gama C como la K disponen de dife-
rentes variantes en sus configuraciones para
adaptarlas a las necesidades puntuales de
cada cliente: cabinas, ejes, motorizaciones,
cajas de cambio, etc., aparte de las diferentes
opciones en frenos auxiliares, retárder
hidráulico, freno motor, o incluso las opcio-
nes del ralentizador eléctrico, como pudimos
comprobar en la toma de contacto. Pero el
nivel de confort de conducción, la insonoriza-
ción de la cabina, o los materiales del interior
de ésta, no podemos dejar de resaltarlos.
La cabina C-2,3,
en su versión más
compacta, solo
necesita dos
escalones de
acceso, a cambio
pierde algo de
habitabilidad por
el túnel motor,
pero lo que no
disminuye es la
calidad de sus
acabados y el nivel
de equipamiento.