Hay quien no desaprovecha la oportunidad de salirse con la suya ni respeta las decisiones que se han adoptado ya en las instituciones correspondientes porque no le convienen, como es el caso de los ministros de transporte de ocho países europeos que han dirigido una carta conjunta a las instituciones europeas con el fin de conseguir una vez más tumbar el Paquete de Movilidad, que si no fuera por la crisis sanitaria, estaría punto de ser ya una realidad en la reglamentación de transporte internacional europea.
Muchos calificativos pueden ponerse a la actitud de Bulgaria, Rumanía, Chipre, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y Polonia, cuyos ministros de transporte han aprovechado la enorme crisis sanitaria, económica y social provocada por el coronavirus para dirigir una carta conjunta a las tres principales instituciones europeas (Parlamento Europeo, ComisióN Europea y Presidencia del Consejo Europeo) «exigiendo» que se paralice la aprobación del Paquete de Movilidad.
Al Paquete de Movilidad solo le quedaba un trámite por pasar para ser una realidad en la búsqueda de una competencia leal entre todas las empresas de transporte europeas, su ratificación por el Parlamento Europeo la primera semana de mayo. Hasta la Comisaria de Transportes, muy contraria a estas medidas de regulación del transporte internacional, había aceptado su inminente aprobación muy a su pesar (recordamos que la actual Comisaria de Transportes es la rumana Adina Valean).
Con la crisis sanitaria actual, todas las instituciones cerradas, tanto las europeas corolas de los países europeos, salvo para lo esencial, que es sacar adelante esta crisis sanitaria y la económica que se avecina a continuación, es muy probable que también la ratificación del Paquete de Movilidad por el Parlamento Europeo se hubiera visto afectada y retrasada.
Pero, por si acaso, los Ministros de Transporte de estos ocho países, en un alarde de insolidaridad, reclaman a la UnióN Europea que paralice el Paquete de Movilidad, porque no aceptan las nuevas normas de cabotaje, la obligación de hacer el descanso normal fuera del camión (el descanso de 45 horas que debe hacerse mínimo cada dos semanas), la obligación de que el conductor retorne a su país de establecimiento periódicamente así como el camión a su país de matriculación cada ocho meses.
Medidas que se han tenido que fijar para acabar con la brutal competencia desleal ejercida por las empresas de estos países (tanto las propias como las empresas buzón) que estaba minando los mercados interiores de los países occidentales europeos. Os recordamos que son países en los que el coste social, laboral y fiscal es muy inferior a la media de los países de la Europa occidental.
Por su parte FENADISMER considera que es el momento de dar una respuesta conjunta y coordinada por parte de los países europeos, en colaboración con las instituciones europeos para lograr un espacio económico que permita una rápida recuperación de las economías de todos los países en general, y del sector del transporte en particular; que permita a las empresas retomar su actividad tan pronto pase esta crisis sanitaria.
Y sobre todo rechaza profundamente el oportunismo y la insolidaridad manifestada por estos ocho países hacia el resto de países europeos, que están sumidos en una profunda crisis sanitaria y con problemas más acuciantes ahora mismo que éste.
