Vehículos con etiqueta podrían quedar fuera de las ZBE en 2030 con las nuevas normas de calidad de aire de la Unión Europea. La nueva Directiva contempla una reducción a la mitad de los valores límite anuales permitidos para los contaminantes con mayor impacto sobre la salud humana: las partículas PM2,5 y los óxidos de nitrógeno (NO2). Su aplicación a partir de 2030 podrá suponer que se implanten restricciones a la circulación más estrictas en las ciudades con mala calidad del aire y se limite el acceso de más vehículos a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), por ejemplo, a los que tengan etiqueta B.
Los representantes de los europarlamentarios y de los gobiernos de los estados miembros de la UE (a través del Consejo Europeo) han alcanzado un acuerdo político provisional para endurecer las normas de calidad del aire que deben cumplir las ciudades europeas. El acuerdo, que aún debe ser confirmado tanto por el Parlamento Europeo como por el Consejo para su aprobación definitiva, impone a partir de 2030 unos valores límite anuales significativamente más bajos que los actuales para los contaminantes con mayor impacto documentado en la salud humana:
– los niveles de partículas PM2,5 se reducirían de 25 µg/m³ a 10 µg/m³, es decir, a menos de la mitad, y
– los de dióxido de nitrógeno NO2 justo a la mitad, de 40 µg/m³ a 20 µg/m³.
La nueva Directiva es una revisión de la normativa que se aprobó en 1998 y 1999, vigente en la actualidad.
Estos dos contaminantes, junto con otros más, condicionan la categoría Euro de los vehículos y, por tanto, el nivel de la etiqueta de emisiones de la DGT que se les concede, etiquetado que se toma como referencia para regular el acceso de los vehículos a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de las ciudades con problemas de calidad del aire. El ejemplo más estricto es el de Madrid, que desde enero de este año no permite el acceso en todo el término municipal a los vehículos sin etiqueta (etiqueta A) no “empadronados” en la capital, y a partir de enero de 2025 tampoco podrán circular los vehículos sin etiqueta ni de los residentes, ni los de transporte de mercancías.
En definitiva, las ciudades de más 50.000 habitantes que en 2030 no cumplan con estos límites de emisiones se verán obligadas a establecer restricciones más a estrictas a la circulación de los vehículos con niveles altos de emisiones contaminantes relacionadas con la calidad del aire: partículas y óxidos de nitrógeno.
Además de las partículas PM2,5 y el dióxido de nitrógeno (NO2), la Directiva también establece niveles máximos para otros contaminantes: ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), benzopireno, partículas PM10, arsénico, plomo y níquel, entre otros. En cambio, no se tiene en cuenta el CO2, contaminante que se relaciona con el efecto invernadero, pero no con la calidad del aire, y por eso no se tiene en cuenta en la calificación Euro de los vehículos.
Más puntos de muestreo de la calidad del aire
Los nuevos límites de emisiones se tendrán que aplicar a partir de 2030 y, además, según se prevé en el texto provisional acordado entre los representantes del Parlamento y el Consejo, las ciudades tendrán que implantar más puntos de muestreo de la calidad del aire, lo que puede complicar todavía más el cumplimiento de los objetivos.
Sin embargo, la futura Directiva ofrece a los Estados miembros la posibilidad de solicitar un aplazamiento de hasta diez años para alcanzar los valores límite de calidad del aire, pero solo por motivos específicos y en condiciones estrictas (como condiciones climáticas y orográficas específicas o si las reducciones necesarias sólo puedan lograrse con un impacto significativo en los sistemas de calefacción domésticos existentes).
300.000 muertes prematuras al año en la UE
En la nota emitida por el Parlamento Europeo para comunicar el acuerdo conseguido se señala que “para la UE, la salud de sus ciudadanos es una prioridad. Esto es lo que hemos demostrado hoy con este acuerdo crucial que contribuirá a lograr el objetivo de la UE de tener una contaminación cero para 2050. Las nuevas normas mejorarán drásticamente la calidad del aire que respiramos y nos ayudarán a abordar eficazmente la contaminación atmosférica, reduciendo así las muertes prematuras y los riesgos relacionados con la salud”. La contaminación del aire provoca alrededor de 300.000 muertes prematuras al año en la UE, según las estadísticas comunitarias.
Señalar que los valores establecidos en la Directiva son menos duros que los que recomienda actualmente la Organización Mundial de la Salud, la OMS. Con la nueva Directiva los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) se reducen de de 40 a 20 µg/m³, mientras que la OMS recomienda 10 µg/m³; en las partículas PM2,5 se reduce de 25 a 10 µg/m³, pero la OMS recomienda un máximo de 5 µg/m³; y en las PM10 se pasa de 40 a 20 µg/m³, y la OMS recomienda 15 µg/m³.
