Dentro de la guerra que se ha iniciado entre el Gobierno y las grandes petroleras que controlan el 80% del mercado de distribución de hidrocarburos en España hay abierto otro frente no menos importante que el que hemos comentado en la noticia anterior.
Al revés, puede serlo y mucho más y de forma muy negativa para todos, para los consumidores, las petroleras, las estaciones de servicio abanderadas o no y para el propio Gobierno. Se trata de una más que posible subida del precio de la gasolina y el gasóleo entre 3 y 4 céntimos por litro a partir del 1 de enero próximo cuando termine la exención fiscal a los biocarburantes.
Nos explicamos. Por Ley, en cada litro de gasóleo y gasolina hay incluido un 6% de biocarburantes que hasta el 1 de enero próximo no pagan Impuesto Especial de Hidrocarburos. De mantenerse así, cada litro de gasóleo y gasolina subiría entre 3 y 4 céntimos por litro ya que ese porcentaje del 6% por litro ahora exento pasaría a pagar impuestos.
Las petroleras lo que proponen al Gobierno es que o bien se prorrogue la exención o fiscal, o si no es posible que al menos se haga de forma escalonada en una serie de años. Pero el Gobierno ya ha previsto en los Presupuestos de 2013 esta mayor recaudación fiscal por esta subida del precio de los combustibles, que es una subida fiscal. Prevé recaudar un 18% más por Impuesto de Hidrocarburos que en 2012, superándolos 10000 millones de recaudación por este impuesto, frente a los casi 8000 recaudados, se prevé, en 2012.
Pero más impuestos es más precio y más precio significa menos consumo, como se ha demostrado este año, cuando el gasóleo y la gasolina han alcanzado precios históricos y el consumo ha caído a niveles de 1997 (en 2012 la caída acumulada del consumo de combustibles es del 7% respecto a 2011 que tampoco fue un año bueno). La subida del IVA del 18% al 21% tampoco ha servido para repuntar el consumo de combustibles, como es lógico. Y la disminución del consumo implica menos recaudación.
