En plena recesión económica provocada por la crisis sanitaria mundial como consecuencia del coronavirus, con un 50% de la flota de transporte parada y el resto bajo mínimos en rutas, precios, etc., Cabify lanza Cabify Envíos, una empresa de paquetería pero sin cumplir ninguno de los requisitos que la Ley de Ordenación del Transporte fija para este tipo de empresas.
Cabify ha lanzado esta nueva aventura, Cabify Envíos como su contribución a la solución de la pandemia, para que todos nos quedemos en casa, ellos, en sus coches de turismo, sin autorización de transporte ni cumpliendo ninguno otro de los requisitos que la LOTT exige a los miles de autónomos y empresas de paquetería ya establecidas, han decidido lanzarse al mundo del reparto de paquetes a domicilio: en Cabify dicen que esta nueva línea de negocio «responde a la necesidad de proveer a los ciudadanos y empresas de una solución de movilidad que facilite la permanencia en los domicilios y les ayuda a recibir lo que necesiten.»
Para FENADISMER es una actuación más de un tipo de empresa voraz que en épocas de recesión responde con líneas de negocio que, bordeando la legalidad, les permiten no solo permanecer si no hacerse con nuevas cuotas de mercado, aunque eso conlleve destruir parte del tejido empresarial preexistente.
Esta situación de competencia desleal y abuso ya la vivimos, y la seguimos padeciendo, con la deslocalización de grandes flotas en países del Este en 2008, para seguir trabajando en el mercado interior español, con unos costes hasta ocho veces inferiores a los de las empresas no deslocalizadas que compiten en el mismo mercado.
FENADISMER ya ha avisado de que va a denunciar esta situación al Ministerio de Transportes para que los Servicios de Inspección tanto estatales como autonómicos, por considerarla competencia desleal y vulneración de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, para que se pongan en marcha las oportunas inspecciones, sancionen y paren si es el caso esta nueva actividad de Cabify.
