Francia insiste con la necesidad de imponer una ecotasa a los camiones por el uso de sus infraestructuras para contribuir a su mantenimiento. Son ya cinco los intentos de imponer este peaje a camiones que se ha visto frustrado hasta ahora por la oposición no solo de los transportistas franceses, sino también de los propios agricultores.
En 2013, 2014 y en 2015, con su suspensión definitiva, Francia intentó establecer una ecotasa, o peaje para camiones por la utilización de las carreteras francesas. La ecotasa afecta tanto a los camiones franceses como a todos los que transiten por las carreteras del país vecino. Evidentemente, la ecotasa francesa supondría un perjuicio grande para las exportaciones españolas que verían encarecido el precio del transporte y en consecuencia de la propia mercancía.
Francia justifica la imposición de la ecotasa a camiones por la necesidad de gravar a los vehículos pesados para financiar las infraestructuras, porque considera que ahora no lo están haciendo. UNOSTRA, asociación de transporte francesa confederada con FENADISMER en la UETR, se opone a este nuevo intento del Gobierno francés de imponer de nuevo esta viñeta, entre otras cosas, porque en 2016, con la ecotasa suspendida definitivamente, se aprobó un recargo en el impuesto de hidrocarburos de 4 céntimos por litro, lo que ha permitido al Estado francés recaudar en 2017 casi cinco mil millones de euros de los camiones pesados, lo que sumado a los impuestos de circulación suponen unos siete mil millones de euros al año recaudados solo de los camiones.
Con estas cuentas, los camiones en Francia contribuyen más que sobradamente a cubrir sus gastos de infraestructuras ya que cubren el 214% de los costes que ocasionan en las autopistas y el 122% en el resto de carreteras.