Algo está pasando en el mundo del transporte cuando un fabricante, como Scania, dedica más tiempo a explicar los servicios que incorpora un camión que el camión en sí mismo, y eso es lo que hemos vivido con la presentación de la nueva generación de camiones de Scania.
Y no es que no importe la nueva cabina, ni los motores, en los que se han invertido años y millones de euros para hacerlos más rentables, productivos y disponibles. Importa, y mucho. Pero ahora, lo que hace eficiente a un camión no es solo lo que consume, cuando se han alcanzado unos niveles de consumo impensables hace muy pocos años, sino lo que produce, el tiempo que está disponible, la rentabilidad que le deja a la empresa. Y para lograr esto no solo se precisan camiones económicos en su funcionamiento diario, sino camiones convertidos en auténticas herramientas tecnológicas siempre conectados con la empresa, con el fabricante y con otros camiones.
Scania acaba de presentar su nueva generación de camiones, Scania 2017, ni siquiera 2016, en la que lo primero que destaca es una nueva cabina con importantes cambios en el diseño con respecto a la gama Streamline actual pero que mantiene el estilo propio de la casa. Es un diseño en el que se ha buscado el mejor coeficiente aerodinámico posible (y se ha reducido un 2% el consumo solo gracias a la nueva aerodinámica del camión). Destaca la nueva parrilla, las líneas suaves continuistas en los laterales de la cabina, los nuevos faros integrados completamente en la carrocería.
Novedades importantes también en la nueva cabina, de la que solo conocemos de momento dos modelos, la cabina S y R para larga distancia, es el eje delantero que se ha adelantado 50 mm con lo cual la distancia al suelo disminuye y baja el centro de gravedad del camión. La posición del conductor se ha adelantado 65 mm hacia el parabrisas y 20 mm hacia el lateral. El salpicadero está en una posición más baja que en la gama actual; los pilares A se han reducido así como los perfiles de las puertas. En consecuencia, el conductor gana en visibilidad. A esta mejor visibilidad contribuyen los nuevos espejos retrovisores, más pequeños y aerodinámicos pero sin perjudicar ni un ápice la visibilidad del conductor sobre los laterales y la parte posterior del camión.
Otra novedad destacada en relación con las cabinas es que ahora la cabina S tiene el suelo plano. Lo que unido a sus 5 cm de fondo y a los 10 cm más de alto (de media), la convierten en una espaciosa y confortable cabina para la larga distancia. Como la posibilidad de incorporar un asiento de acompañante giratorio y reclinable.
En lo que se refiere a motores, las cabinas que se han presentado ahora salen con un motor D13 en cuatro niveles de potencia (aunque el más bajo todavía no está disponible) entre los que destaca un motor de 500 CV. Todos ellos, con tecnología SCR para cumplir el nivel de emisiones Euro 6C. El motor ha sido modificado para cumplir estos estándares y ahora es más eficiente y ahorrador que nunca, de hecho, un 3% menos que el motor equivalente actual.
Si sumamos el 2% de ahorro gracias a la aerodinámica y el 3% de ahorro con los nuevos motores, tenemos ya de partida un 5% de ahorro en consumo de combustible de la nueva gama con respecto a la Streamline actual.
Además, un motor de 16 litros, el D16 en tres niveles de potencia, entre ellos, claro está, el 730 CV.
Otra novedad importante está relacionada con la caja de cambios Scania Opticruise en la que se ha incluido un «contraeje» que hace las funciones de un sincronizador, pero, nos dice Scania, de forma más eficiente. Ahora pasar a una marcha superior solo cuesta 0,4 segundos, la mitad que con la caja actual, no hay pérdida de potencia y el cambio apenas se nota en el interior de la cabina.
Pero, lo que de verdad cambia este camión es la tecnología y los servicios que hay disponibles en relación y gracias a toda esta tecnología, la conectividad. Scania lleva trabajando en la conectividad desde el año 2004; son más de 200.000 camiones Scania en el mundo conectados. Un 95% de los camiones que vende Scania están conectados, porque, nos dice Scania, esta conectividad solo tiene ventajas para la empresa transportista y el conductor.
Por ejemplo, la conectividad hace que Scania sepa en todo momento el estado real del camión por lo que el mantenimiento se realiza y programa de forma preventiva y activa, no se tiene en cuenta el calendario de revisiones o mantenimientos ni los kilómetros, sino la información que del propio camión el servicio oficial de Scania obtiene. Y es la propia Scania quién contacta con el transportista para organizar el mantenimiento, en función del contrato que tenga el transportista con el concesionario. Esto, cuando menos garantiza la plena disponibilidad del camión.
Pero la conectividad permite muchas otras funciones y servicios; permite la comunicación entre el conductor y la base, el camión y el resto de camiones de la carretera, permite obtener una información fundamental para ahorrar, permite formar al conductor «in situ», permite que el camión sepa por dónde transita y aplique la más eficiente conducción, permite a Scania conocer cuáles son las auténticas necesidades de un cliente y venderle justo el camión que necesita y no otro, con lo que obtener rentabilidad es más fácil.
La nueva generación Scania incluye todo esto y mucho más, pero para saber más tendréis que esperar a recibir la revista Fenadismer EN CARRETERA.
