El Comité Nacional del Transporte por Carretera ha enviado una Carta abierta a los medios de comunicación en la que, tras exponer la gravísima situación por la que atraviesa el transporte de mercancías por carretera, advierte de un posible paro del transporte ante la pasividad del Gobierno con los enormes problemas estructurales de un sector clave para la sociedad y la economía que pretenden agravarse con nuevas cargas sin tener en cuenta los compromisos ya adquiridos por este Gobierno con el transporte de mercancías.
A continuación os trascribimos literalmente la Carta Abierta que el departamento de Mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera ha hecho llegar a los medios y al Ministerio de Transporte ante la grave situación que atraviesa el sector, y que pretende ser agravada por las políticas que se anuncian desde el Ministerio y el Gobierno, como los peajes de las autovías, el aumento de masas y dimensiones, la transformación digital… es decir, políticas que van a sumar más costes al transporte sin que se hayan solucionado sus problemas de base: la imposibilidad de negociar precios adecuados con los cargadores, la carga y la descarga o el trato vejatorio que reciben los conductores, la escasez de conductores….
PARO DEL TRANSPORTE POSIBLE: CARTA ABIERTA DEL DEPARTAMENTO DE MERCANCÍAS DEL COMITÉ NACIONAL DEL TRANSPORTE POR CARRETERA
«Durante el reciente estado de alarma la sociedad española tuvo la oportunidad de sentir de primera mano la importancia que tiene el sector del transporte de mercancías en el abastecimiento de los productos de primera necesidad. Esa disponibilidad de todo tipo de productos, que tendemos a dar por supuesta en el vivir cotidiano, y que una situación excepcional permitió valorar en su justa medida, puso de manifiesto que, de nada sirve que las grandes superficies abran sus puertas si las mercancías no llegan hasta ellas y, para ello, en el último tramo, siempre ha de hacerlo un vehículo de nuestro sector.
Esta realidad que parece tan obvia, no lo es tanto, ni a los ojos de esas grandes- y no tan grandes- superficies, ni tampoco, de modo incomprensible, para nuestro Gobierno.
El sector al que representamos lleva años atravesando una situación dificilísima, con enormes problemas de tipo estructural y coyuntural, acerca de los cuales se ha llamado repetidas veces la atención tanto de la Administración, como de nuestros clientes, sin haber obtenido la menor respuesta, aun cuando existe un riesgo cierto de quiebra estructural del sector. Ambos parecen vivir bajo el ensueño de, “si estos desaparecen, otros lo harán”. Ignorando la realidad que, en las circunstancias actuales del sector, no habrá ningún otro.
Desde hace más de dos años, la Administración tiene una lista de los problemas concretos del transporte de mercancías por carretera para los que se ha pedido solución, sin que en todo este tiempo se haya hecho nada para resolverlos, incluso cuando existen compromisos firmados por todo un Secretario de Estado. Más bien al contrario, cada día los profesionales del sector se desayunan con la realidad del aumento de costes, una alarmante ausencia de conductores por la total ausencia de incentivos para la profesión, trabajando para unos clientes que les someten a un trato vejatorio, obligándoles a realizar labores propias de un carretillero, tras largas horas de espera en sus instalaciones en condiciones degradantes. Tampoco las empresas de transporte, mayormente en situación de mera supervivencia, están en condiciones de pagar unos sueldos muy superiores, que en ningún caso van a compensar ese maltrato.
Pues bien, en esa tesitura, al parecer el Gobierno sin tener en cuenta lo acordado, es decir sin el consenso del sector, tiene intención de imponer su criterio en cuestiones como el pago por uso, la transición ecológica, el cambio de dimensiones y pesos.
Desde su nombramiento, hemos tratado de mantener una reunión con la Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, para hacerle ver esta situación, sin que al parecer haya tenido tiempo para ello y que sí ha empleado en otras cuestiones y en otros sectores de transporte, sin atender una actividad definida por el propio Gobierno como esencial, como es la nuestra.
En esta situación de abandono, ante un riesgo cierto de quiebra estructural del sector, solo cabe llamar a la sensibilidad de las bases asociativas de nuestras organizaciones con el fin de adoptar si fuera preciso medidas excepcionales, sin descartar ninguna, que trasladen a la sociedad el grave peligro ante el que se encuentra el transporte por carretera y que, desde luego, trasciende a su mero interés.«