FENADISMER defiende el requisito de antigüedad de los vehículos para acceder al sector, como incluye el nuevo ROTT, frente a la postura de la CNMC que considera dicha exigencia como desproporcionada.
El nuevo ROTT mantiene la exigencia de una antigüedad máxima inicial de cinco meses de los vehículos para poder acceder a una tarjeta de transporte nueva.
Sin embargo, la Comisión nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) considera que la exigencia de una antigüedad máxima inicial de cinco meses es «innecesaria y desproporcionada». Y utiliza argumentos que a juicio de FENADISMER no tienen un fundamento sólido. Por ejemplo:
Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el requisito mínimo de los tres camiones: en febrero de 2018, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró ilegal la exigencia de tres vehículos para acceder al sector de transporte en España, pero sobre el tema de la antigüedad inicial mínima no se pronunció, ni siquiera a requerimiento del Ministerio de Fomento,que prefería andarse sobre seguro en la redacción, por entonces, del nuevo ROTT.
Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2014 sobre la antigüedad máxima exigida para los vehículos dedicados a transporte privado complementario: para FENADISMER no tiene fundamento querer aplicar el mismo requisito para el transporte público que para el privado, pues ya claramente los reglamentos comunitarios diferencian claramente las normas de acceso para un transporte y para otro.
Además, de haberlo pretendido, podrían haber revisado el tema de la antigüedad inicial de cinco meses a los vehículos en nuestra legislación en la sentencia de 2018 y no lo hizo.
Y hay otro argumento de peso, a juicio de FENADISMER, que es el envejecimiento de la flota de transporte española, prácticamente el doble que en 2007, justo al inicio de la crisis. Los vehículos rígidos del parque de transporte español tienen una media de 13 años, las tractoras de 7,5 años y los ligeros de 9 años.
Así las cosas, y teniendo en cuenta las políticas comunitarias en materia de seguridad vial y reducción de emisiones del transporte, todo lo que se legisle, que beneficie el rejuvenecimiento de la flota, tiene que ser bien recibido por la Unión Europea. Y exigir un máximo de cinco meses para acceder a una nueva tarjeta, o que sea más nuevo que al vehículo que sustituye (en caso de sustitución) o que sea inferior en antigüedad a la edad media de la flota (en el caso de ampliación), debe considerarse como una forma de contribuir al rejuvenecimiento del parque actual.