El denominado Grupo para el Impulso de la Competitividad en el Transporte, integrado en exclusiva por asociaciones de cargadores, productores, distribuidores, operadores logísticos y similares, pero por ninguna asociación de transporte, se ha propuesto imponer las 44 toneladas al transporte. Por las buenas o por las malas.
Una vez que el Comité Nacional ha dejado claro a los cargadores, en los Grupos de trabajo creados en el Ministerio de Fomento, que no se iba a avanzar en el diálogo de las 44 toneladas mientras no se solucionaran otras deficiencias mucho más graves del transporte (como las paralizaciones, los intereses de demora, la carga y la descarga, la repercusión de las alzas del precio del gasóleo, los plazos de pago, la desaparición de las subastas en las contrataciones de transporte…), los cargadores se han aprovechado de su presencia en dicho Grupo para el Impulso de la Competitividad del Transporte para «venderle» a la Oficina Española de Cambio Climático las bondades de las 44 toneladas en relación con las reducciones de emisiones de CO2 procedentes del transporte.
Pero no solo eso, sino que se amparan en la escasez de conductores y en el alza del precio del gasóleo como nuevos argumentos para potenciar la aprobación de las 44 toneladas por parte del Gobierno, gracias al apoyo del Ministerio de Medioambiente, de espaldas al transporte. Posponen los cargadores integrados en dicho Grupo, «de presión», para septiembre la continuación de este debate con el Gobierno y convencidos están de que lo sacarán adelante.
