Si algo estamos echando en falta tras seis semanas de estado de alarma es la articulación de un auténtico plan de medidas económicas y financieras que logren poner a flote el tejido empresarial español, conformado mayoritariamente por autónomos y pequeñas y medianas empresas. Más de 36.000 autónomos del transporte han pedido la prestación por cese de actividad. Será por algo.
Hay algo en lo que muchos están de acuerdo, sin un plan económico serio de recuperación del tejido empresarial que debería permanecer lo más intacto posible tras la salida de la crisis sanitaria, la mayor parte de los pequeños y medianos negocios desaparecerán. Esto conllevará no solo el problema de aumento de las listas de desempleo, sino la desaparición de generadores de empleo y riqueza.
El transporte no escapa a la dramática situación que viven las empresas españolas. Integrado mayoritariamente por autónomos y pequeñas y medianas empresas, está atravesando una situación especialmente difícil por la inactividad, con la mitad de la flota parada y la otra mitad trabajando en peores condiciones que antes de la crisis económica.
Casi 37.000 autónomos transportistas han pedido la prestación por cese de actividad, lo que implica que, o bien han cesado en su actividad, o bien sus ingresos en marzo han sido un 75% inferiores a los de los meses anteriores. La prestación por cese supone un ingreso del 70% de la base de cotización del autónomo durante el tiempo que dure el estado de alarma. Es decir, un autónomo que reciba una prestación por poco más de 600 euros, dos meses con suerte, no puede pretenderse que salve su empresa, sus conductores y sus vehículos.
Se necesita mucho más. Y todos los países de nuestro entorno lo están haciendo. FENADISMER reclama la articulación urgente de un Plan de Medidas de Salvamento del sector del transporte. Si todos tenemos claro que el transporte es una actividad esencial, del que depende no ya nuestra alimentación y salud como venimos viendo durante la pandemia, si no el funcionamiento del resto de la economía del país, será necesario articular medidas mínimas que aseguren la pervivencia del mayor número de empresas. Por ejemplo:
-Moratoria del pago de los plazos de los vehículos que están ahora mismo financiados (leasing, renting, compra-venta a plazos…) y esos plazos se sumen a la cantidad final que debe pagarse por el vehículo.
-Ayudas económicas avaladas 100% por el estado (como en Italia, por ejemplo) para hacer frente al pago de suministros que evite llevar a la empresa a una situación de impago generalizado que le aboque a la quiebra. En Italia, por ejemplo, estas ayudas avaladas por el Estado pueden alcanzar los 25.000 euros por empresa (en función de la facturación del año anterior).
Estamos viendo lo que está pasando en España con los préstamos ICO, a los que no pueden aspirar ni las pequeñas empresas ni los autónomos porque no disponen de los avales necesarios.
-Ampliación de la vigencia temporal de los seguros de los vehículos mientras estén inactivos, sin necesidad de darlos de baja en Tráfico.
