El Parlamento Europeo pide que se obligue a las grandes flotas a adquirir vehículos de cero emisiones. Esta petición se ha incluido en las enmiendas aprobadas en la revisión del Reglamento de emisiones de CO2 de los vehículos pesados. La propuesta, que necesita el visto bueno de los gobiernos de los países miembros para su aprobación, ha sido calificada por la IRU como propia de regímenes totalitarios.
Los europarlamentarios han incluido en su propuesta de modificación del Reglamento de emisiones de CO2 de vehículos pesados una “medida adicional” para apoyar la demanda de vehículos pesados de emisiones cero.
La medida es la siguiente: “A más tardar el 30 de junio de 2024, la Comisión presentará una propuesta legislativa al Parlamento Europeo y al Consejo para aumentar el porcentaje de vehículos de motor pesados de emisión cero poseídos o alquilados por grandes operadores de flotas. La propuesta incluirá mandatos vinculantes de emisión cero para los grandes operadores de flotas, teniendo en cuenta al mismo tiempo las disparidades regionales y el nivel de implantación de infraestructuras de recarga y repostaje”.
Esta nueva medida tendrá que negociarse en las reuniones que ahora tienen que mantener la representación de los europarlamentarios con los delegados del Consejo Europeo, órgano que representa a los gobiernos de los países miembros y que hasta el 31 de diciembre preside España.
La reacción de IRU, organización internacional de transportistas, ha sido inmediata y de contenido fuerte: ha equiparado la imposición de objetivos de compra de vehículos de cero emisiones a los operadores de transporte con las políticas seguidas por los “regímenes totalitarios”.
El responsable de la IRU para los asuntos de la UE, Raluca Marian, ha manifestado que es completamente inaceptable el establecimiento de objetivos de compra obligatorios. “Los operadores de transporte comercial por carretera no realizan actividades basadas en contratos públicos. Debe haber un límite al intervencionismo económico que viola de manera desproporcionada e innecesaria los derechos europeos consagrados a la propiedad y a la libertad de hacer negocios. No podemos aceptar exigencias irrazonables a los operadores privados que trabajan con capital privado y son los únicos responsables de gestionar su propio riesgo operativo y financiero”, afirmó Raluca Marian.
Sobre el texto aprobado también ha dicho que “a pesar de las muchas voces fuertes de la industria y de los numerosos miembros del Parlamento Europeo que piden un camino sensato hacia la descarbonización, el Parlamento está ahora oficialmente preparado para iniciar negociaciones tripartitas con objetivos idealistas, desconectados de las posibilidades de suministro de energía y de la realidad de las empresas de transporte”.
Señalan igualmente desde la IRU que “a corto y medio plazo, no hay señales de que la infraestructura para alcanzar objetivos tan elevados de emisiones cero para vehículos pesados esté lista para su despliegue a gran escala en zonas urbanas y en las principales redes de carreteras de la UE. Además de la falta de estaciones de carga, no existe ningún plan a nivel de la UE, ni ningún plan regional conocido, para las necesarias actualizaciones de la red eléctrica”.
Critican también que “los objetivos de emisiones de CO₂ para los vehículos pesados son poco realistas para los vehículos de emisiones cero e intenta débilmente introducir el papel de los combustibles neutros en carbono en la descarbonización”.