Nueva regulación del transporte de animales vivos más restrictiva y costosa

Nueva regulación del transporte de animales vivos más restrictiva y costosa. La Comisión Europea propone, entre otras medidas, limitar el tiempo máximo de viaje, obligar a descargar a los animales para que descansen en los viajes largos y condiciones para los transportes cuando haya “temperaturas extremas”, por debajo de 0ºC y superiores a los 30ºC. Se da por sentado que subirán los costes de los transportistas.

La Comisión Europea justifica su propuesta señalando que las normas vigentes de la UE sobre el transporte de animales (cerdos, vacas, cabras, ovejas, aves de corral, conejos y caballos) se remontan a veinte años atrás y «ya no reflejan las realidades actuales, ni los objetivos de sostenibilidad, ni las preocupaciones legítimas de nuestros ciudadanos en lo que respecta al bienestar animal». Según la Comisión, cada año dentro de la UE y en tráficos de exportación se transportan 1.600 millones de animales.

Las medidas más destacadas que se proponen con este Reglamento son las siguientes:
– Duración máxima del traslado de animales destinados al sacrificio: 9 horas; actualmente no hay límite, solo el requisito de descansar durante 24 horas en un puesto de control después de transcurridas entre 24 y 29 horas de viaje, dependiendo de la especie.
– En los viajes que no tengan como destino el matadero, la duración máxima del traslado será de 21 horas, que deben incluir al menos una hora de descanso transcurridas 10 horas de viaje. Después de este trayecto, 24 horas de descanso con los animales fuera del vehículo, con alimento y agua antes de continuar el viaje. Tras el período de descanso de 24 horas, los animales podrán ser transportados durante otro trayecto de 21 horas (con un descanso de una hora después de 10 horas de viaje) hasta llegar al destino final. Según la Comisión, este nuevo enfoque para limitar los tiempos de viaje es coherente con la legislación sobre derechos sociales de los conductores y, por lo tanto, más fácil de aplicar.
– Se propone la aplicación de normas especiales para los animales destinados al sacrificio y para los animales vulnerables, como los terneros no destetados, las gallinas al final del ciclo de producción y las hembras en estado de gestación.
– Se plantea aumentar el espacio mínimo los animales, con medidas adaptadas a cada especie, en función del peso y la especie. Estas normas mínimas siguen las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y son importantes para que los animales puedan ajustar su posición de forma segura y descansar durante el viaje.
– El transporte a temperaturas que se consideran extremas estará sujeto a condiciones estrictas: cuando se prevean temperaturas diurnas de entre 25°C y 30°C los viajes deberán limitarse a 9 horas; si se van a superar los 30°C solo se podrá realizar el viaje por la noche; si la temperatura nocturna prevista se sitúe por encima de los 30°C los animales deberán disponer de más espacio para evitar el estrés térmico. Cuando las temperaturas sean inferiores a 0°C, se cubrirán los vehículos de carretera y se controlará la circulación del aire en el compartimento en el que se encuentren los animales para protegerlos del frío durante el viaje; si las temperaturas descienden por debajo de -5°C, además de las medidas mencionadas, la duración del viaje no podrá superar las 9 horas.
– La propuesta incluye por primera vez disposiciones específicas para el transporte de animales acuáticos en el contexto de una actividad económica.
– Se endurecerán las normas para la exportación de animales vivos desde la Unión, que incluirán mejores controles en terceros países para que se cumplan normas equivalentes a las establecidas en la UE.
– Se intensificará el uso de herramientas digitales para facilitar la vigilancia del cumplimiento de las normas de transporte: los sistemas de posicionamiento permitirán controles mejor orientados y más eficientes por parte de las autoridades, con la ayuda de una base de datos central de la UE. Esto no solo mejorará el bienestar de los animales, sino que también creará unas condiciones de competencia equitativas para los operadores del sector del transporte de animales, asegura la Comisión en el texto de su propuesta. El sistema TRACES seguiría desarrollándose para gestionar todas las certificaciones, autorizaciones y aprobaciones por vía electrónica, lo que permitirá a las autoridades competentes de la UE acceder a los datos pertinentes para el transporte de animales. Desde TRACES se podrá realizar un seguimiento en directo de los vehículos de carretera con el fin de controlar mejor que se respetan de los tiempos de viaje.
– La digitalización y la tramitación electrónica de gran parte de los procesos administrativos también reducirá el uso del papel y simplificará sustancialmente la burocracia para los operadores.
– Los Estados miembros podrán aplicar normas más estrictas solo para el transporte que tenga lugar íntegramente en su propio territorio o para las exportaciones directas desde su propio Estado a un país no perteneciente a la UE.

Los costes del transporte subirán

Como consecuencia de la aplicación de todas estas medidas, los estudios de la Comisión apuntan a que “el coste de producción de los alimentos de origen animal solo aumente marginalmente”. En cambio, sí se prevé que suban los costes de los transportistas, ya que es posible que tengan que invertir en vehículos, por lo que la Comisión ha propuesto períodos de transición “suficientemente largos”, de hasta cinco años, para ir implantando los cambios.

La IRU pide más concreción en el reparto de responsabilidades

La asociación internacional de transportistas IRU ya ha valorado la propuesta: “La Comisión ha abordado algunos puntos problemáticos, pero su enfoque sigue siendo desigual hacia las distintas partes que deben garantizar el bienestar de los animales durante su viaje, especialmente en lo que respecta a la competencia, el conocimiento y la formación. Desafortunadamente, este enfoque no está en sintonía con la realidad real del transporte de animales”, ha manifestado Raluca Marian, responsable de las relaciones con la UE.

En concreto, apunta a la responsabilidad de toda la cadena logística a la hora de decidir si un animal es apto para el transporte, una de las cuestiones clave, pero que la propuesta no aborda de forma adecuada. “Nos alegra ver que la Comisión ha comprendido que los conductores y operadores de transporte sólo pueden realizar un control visible, muy complicado, durante el proceso de carga. A los conductores les resulta extremadamente difícil detectar condiciones ocultas que pueden empeorar durante el transporte. Para reflejar esto en la delimitación de la responsabilidad de las distintas partes, incluidos los organizadores y poseedores, se deben proporcionar garantías adicionales contra la presentación y carga de animales no aptos para el transporte”, destacó Raluca Marian.

Tampoco convence a la IRU el tratamiento dado a la formación. La propuesta sólo prevé formación y exámenes para conductores y asistentes de transporte por carretera. “Este sigue siendo un enfoque muy unilateral. El transportista es sólo un eslabón de la cadena. Por el contrario, no se prevé ninguna obligación para el organizador del viaje, que realmente tiene una visión general del viaje completo de un animal, y no sólo de un único tramo de transporte. Si el bienestar animal se tomara en serio, todos los profesionales involucrados en el proceso, no solo los conductores, estarían adecuadamente capacitados y plenamente familiarizados con las normas nacionales y de la UE”.

Motivaciones éticas, sanitarias y económicas

Volviendo a la propuesta de Reglamento presentada por la Comisión Europea, en el argumentario con el que se defiende su contenido se señalan varias motivaciones. “Por razones éticas es sumamente importante garantizar el bienestar adecuado de estos animales, pero también intervienen otras razones: la mejora del bienestar animal beneficia ante todo a los propios animales, pero también a los consumidores y a los ganaderos, mejora la calidad de los alimentos, aumenta la confianza de los consumidores, contribuye a sistemas alimentarios sostenibles y reduce los costes causados por lesiones, enfermedades y medicamentos veterinarios. Además, unos tiempos de viaje más cortos favorecerán cadenas de suministro más cortas y, por tanto, incentivarán la economía local. También ayuda a abordar los riesgos para la salud humana, como la transmisión de enfermedades de origen animal a las personas y la resistencia a los antimicrobianos”.

Por otra parte, se señala que esta propuesta responde a una clara demanda social de los ciudadanos de la UE, que exigen mayores niveles de bienestar animal. Un Eurobarómetro reciente ha puesto de manifiesto que el 83% de los encuestados abogaban por una mayor protección de los animales durante el transporte. 

Próximas etapas

La propuesta de Reglamento, que forma parte de la estrategia «De la Granja a la Mesa», dentro de la agenda del Pacto Verde Europeo para una agricultura y una producción de alimentos sostenibles, se ha remitido al Parlamento Europeo y al Consejo, que decidirán el contenido definitivo de la normativa sobre bienestar animal durante el transporte.

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