Los transportistas de portavehículos están pasando por una situación límite debido a la suspensión de producción de las principales fábricas de automoción españolas. La falta de microchips que los fabricantes aducen como principal responsable de esta reducción en la producción es la responsable de que gran parte de la flota de portavehículos se encuentre parada en la actualidad.
TRANSPORTAVE, asociación que agrupa a la mayoría de los transportistas de portavehículos españoles, en su mayoría autónomos y que suman algo menos de 4.000 vehículos, tiene previsto convocar una Asamblea a lo largo del mes de septiembre para analizar la situación en que se encuentra el sector y buscar medidas que puedan aliviar la penosa situación que atraviesan.
Las principales fábricas de automoción establecidas en España han ido reduciendo y suspendiendo la producción, con expedientes temporales de regulación de empleo para sus trabajadores debido, justifican, a la falta de semiconductores para la producción de los vehículos. Primero fue Seat en Martorell, luego Citröen-Peugeot en Vigo, más tarde se sumó Opel en Figueruelas y la última en anuncia medidas para reducir la producción ha sido Mercedes-Benz en Vitoria.
Esta reducción de la producción (según ANFAC se ha producido un 33,8% menos de vehículos en junio de 2021 que en junio de 2019 y un 18,1% menos que en junio de 2020, que venía muy lastrado por la pandemia) afecta de forma directa a los transportistas de portavehículos que tienen que sumar esta falta de actividad al barón que sufrieron en 2020 como consecuencia del estado de alarma y la parada de la producción.
Los portavehículos son equipos muy costosos, que requieren de una fuerte inversión y que no pueden destinarse al transporte de otro tipo de mercancías que no sean vehículos ni pueden acoplarse a otro tipo de semirremolque.
