La Generalitat de Cataluña ha decidido ampliar en 20 kilómetros el tramo de la N240 prohibido a la circulación de camiones y les obliga a desviarse a la AP2, justo cuando tanto la AP2 como la AP7 dejan de ser autopistas de pago para todos.
Para FENADISMER ni tiene lógica ni sentido que, justo cuando la AP2 y la AP7 dejan de ser autopistas de pago, el Servicio Catalán de Tránsito haya decidido prolongar en 20 kilómetros el tramo prohibido de la N240 a la circulación de camiones, obligándoles a desviarse a la AP2 ya desde la salida 5 (variante Sur) de Lleida.
Al quitar los peajes en la AP2 y AP7 lo lógico es que gran parte del tráfico que venían soportando tanto la N240 como la N232 se trasvase a estas autopistas de pago, tanto de turismos como de camiones, pero especialmente de turismos. Si lo camiones, que tienen limitada la velocidad a 90 km/h, tienen que ir por la autopista sí o sí, pueden suponer un cierto inconveniente en momentos de elevado tráfico, precisamente por su velocidad limitada.
Desde hoy, los camiones que circulen en dirección Cataluña tienen obligación de circular por la AP2 ya desde el punto kilométrico 87,4 en Lleida, concretamente tienen que abandonar la N240 en la salida 5 (variante Sur de Lleida) y hasta el punto kilométrico 36,5 en Montblanc. Antes, el desvío obligatorio, que está en vigor desde septiembre de 2018, se Romana en Borges Blanques.
Los únicos camiones que pueden circular por este tramo prohibido son los que tengan el origen o destino del transporte en algún municipio dentro del mismo.