
Tras las oleadas de protestas protagonizadas por los «chalecos amarillos» en Francia, han surgido una serie de movimientos, legitimados por el Gobierno, como la Convención Ciudadana por el Clima, cuyas propuestas han llegado al Gobierno francés que ahora debe ponerlas en práctica. En ellas, el transporte por carretera no sale muy bien parado.
La Convención Ciudadana por el Clima es una especie de Asamblea integrada por 150 ciudadanos designados aleatoriamente y que representan a todos los grupos sociales franceses. El objetivo de esta Convención es encontrar soluciones que limiten las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% en 2030.
La Convención Ciudadana por el Clima se dividió en cinco grupos de trabajo, uno de ellos, para estudiar soluciones relacionadas con el transporte. Para llegas a estas conclusiones han empleado un año de trabajo.
El Ministerio de Transición Ecológica y Transporte francés ha presentado a las organizaciones que representan a los transportistas profesionales las medidas propuestas por dicha Convención, que se reducen en implantar medidas que reduzcan el transporte por carretera en beneficio del ferrocarril, y que han sido aprobadas por el Presidente de la República:
- Exigir una formación en conducción ecológica a los conductores que deberían renovar cada dos años.
- Eliminar las bonificaciones de gasóleo profesional.
- Establecer ayudas para la adquisición de vehículos más limpios.
- Introducir una etiqueta de vehículo pesado.
- Introducir cláusulas ambientales en los contratos de transporte.