
El 1 de enero de 2023 las furgonetas con etiqueta B no podrán entrar en Madrid Centro, tampoco los camiones sin etiqueta medioambiental. Para el Comité Madrileño del Transporte está claro que las restricciones medioambientales para el transporte van a pasar factura a todos los madrileños.
Tras la moratoria impuesta por el COVID, si el Ayuntamiento de Madrid no lo remedia, desde el 1 de enero de 2023 no podrán entrar en Madrid Centro los vehículos de transporte de hasta 3,5 Tn con etiqueta medioambiental B ni los camiones de más de 3,5 Tn sin etiqueta.
Para el Comité Madrileño de Transporte esta situación, si el Ayuntamiento de la capital no se aviene a negociar con las organizaciones empresariales, esta situación puede pasar factura a todos los madrileños puesto que podría suponer una situación de desabastecimiento de todo este área, tanto tiendas, grandes superficies como hostelería se verían afectadas.
Y es que el Comité Madrileño parece que no ha sido capaz de hacer entender al Ayuntamiento de la importancia que la actividad de transporte tiene, ya que a los comercios de la zona les ha dado el mismo tratamiento que a los residentes pero no a las empresas de transporte que entran a trabajar a diario en la zona protegida medioambientalmente.
Ni la situación del sector, especialmente castigada con la pandemia primero y los precios del gasóleo desde hace un años, ni de la industria del camión permiten suponer una posible renovación de la flota. Los empresarios no pueden hacer frente a estas inversiones y los fabricantes de camiones están dando plazos de entrega que a veces superan el año, por la falta de semiconductores y otros componentes.
Esta situación afecta a un 60% de la flota, tanto ligera como pesada, que a diario entran en Madrid centro a entregar mercancías. En el caso del transporte de mudanzas el problema es aún mayor, se estima que un 80% de la flota no cumple con los requisitos medioambientales del Ayuntamiento de Madrid para el 1 de enero de 2023.
El actual equipo de gobierno municipal no solo no ha mejorado las condiciones para permitir acceder a los transportistas, como prometió antes de acceder al cargo, si no que ha ido aún más lejos, por ejemplo, al establecer la Zona de Bajas Emisiones de la Plaza Elíptica, que impide pasar a todos los vehículos sin etiqueta al centro de Madrid por el único acceso disponible desde la A42 (que conecta Madrid con todas las grandes capitales del sur de la capital, Getafe, Leganés, Parla y un importante número de polígonos industriales y áreas logísticas que dan servicio a la capital). Una prohibición no exenta de polémica, ya que en Plaza Elíptica está situado uno de los medidores de calidad del aire que mayores problemas ha ocasionado a los sucesivos Gobiernos municipales por la mala calidad del aire de la zona. No permitir pasar a estos vehículos por donde está situado el medidor, pero sí por otras calles circundantes, no parece que sea la forma de mejorar la calidad del aire en la capital.