Es una realidad que los transportistas se pierden con los planes y ayudas para la compra de vehículos eléctricos que han ido surgiendo en los últimos tiempos, desde los diferentes Planes MOVES a las ayudas directas al transporte a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Es un estudio realizado por AECOC esta es una de las realidades que se ponen de manifiesto, aunque no la única.
El hecho de que estos planes los gestiones las diferentes comunidades autónomas tampoco beneficia en nada. La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia recientemente ha publicado recomendaciones en este sentido. Y es que las Comunidades Autónomas no se limitan a gestionar las solicitudes y los fondos, también, al menos algunas, incluyen sus propias exigencias, como que los vehículos estén comprados en concesionarios de su territorio autonómico, lo que no exige la normativa estatal.
AECOC, la principal asociación de cargadores, ha realizado un estudio sobre «La Energía eléctrica en el transporte de mercancías» en el que se ponen de manifiesto conclusiones muy interesantes. El estudio se basa en la encuesta realizada a operadores logísticos, fabricantes, distribuidores y proveedores de reparto flota. Se trata de conocer el estado real de la transición por parte de las empresas a una flota medioambientalmente más respetuosa. Sobre todo en el ámbito de la distribución urbana por las exigencias de las restricciones municipales.
Lo primero que se pone de manifiesto es el elevado número de operadores que no han solicitado ayudas en gran medida porque no entienden la información disponible ni saben cómo acceder a ella (un 72% de los encuestados); el resto, un 18% sí que afirma haber pedido ayudas para la renovación de flota a eléctrico.
En este sentido, hay casi unanimidad al pedir que se abra una única ventanilla, para todo el territorio nacional, para la tramitación de las ayudas destinadas a la compra de vehículos eléctricos. Nada menos que el 91,8% de los encuestados. Como hemos dicho más arriba, la dispersión autonómica en este caso no beneficia para la solicitud ni reparto de estas ayudas.
Para la mayoría de los transportistas, incluso los que hacen distribución urbana, el diésel sigue siendo la principal fuente de energía (más del 50%). Las alternativas más habituales para el reparto en la última milla son los vehículos híbridos, eléctricos puros y los propulsados por gas natural.
Frente a los recientes cambios en la normativa que permiten alcanzar las 2,5 Tn sin tarjeta de transporte, o llegar hasta 4,25 tn. en el caso de las furgonetas de 3,5 tn. eléctricas para tener en cuenta el mayor peso de las baterías, el 72% de los encuestados afirma que no les afecta, ni les beneficia ni les perjudica, este cambio por lo que no va a suponer un impulso a su cambio de flota de diésel a eléctrico. Sin embargo, un 11,5% afirma que este cambio legislativo, sumado a las ayudas sí les va a influir para dar el salto a la electromovildiad.
También hay unanimidad entre los operadores, (un 86,9%) a la hora de solicitar una estandarización o armonización de criterios en las zonas de bajas emisiones de las ciudades españoles que los tengan implantados o vayan a hacerlo, no como sucede ahora que cada ciudad tiene su propia normativa.