Las cero emisiones en 2050 serán posibles solo si está desarrollada la infraestructura de carga y se penaliza el precio del diésel

Ante el objetivo del Consejo Europeo de conseguir la neutralidad en emisiones de carbono en Europa en 2050, los fabricantes de camiones, por la parte que afecta al transporte, avisan que ellos ya están preparados pero, sin infraestructuras de carga y sin una subida importante del diésel que le haga perder su ventaja competitiva, no será posible conseguirlo.

Las emisiones de carbono, CO2, son las responsables de los gases de efecto invernadero que, a su vez, causan el cambio climático («el más importante desafío generacional al que nos enfrentamos», según afirma ACEA, la asociación europea en la que se integran todos los fabricantes de camiones y vehículos comerciales europeos).

El Acuerdo Verde Europeo, que se presentó en diciembre de 2019 (y del que os hablamos aquí), establece un horizonte en 2050 con cero emisiones de carbono en territorio europeo. Este objetivo, vinculante para la Unión Europea, implica una disminución neta de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 de un 55%, con respecto a los valores de emisiones de CO2 establecidos en 1990 (sensiblemente inferiores a los actuales).

El propio Consejo Europeo reconoce en su declaración que este objetivo solo podrá ser logrado con el concurso de todos los actores y especialmente las políticas, con la movilización de fondos públicos y privados para hacer frente a las necesidades de inversión que implica este aumento de la ambición climática.

Lograr la descarbonización en 2050 implica que solo se vendan camiones cero a partir de 2040

Los fabricantes de camiones europeos, reunidos en ACEA, han emitido hoy mismo un manifiesto en el que se muestran a favor de esta política europea de lograr la descarbonización en 2050, objetivo para el que afirman estar tecnológicamente preparados, pero advierten de que hay que dejar claros los puntos sobre los que esta Europa «descarbonizada» puede y debe asentarse.

Lo primero, si el cambio climático es producto de los gases de efecto invernadero, procedentes del empleo de combustibles fósiles (gasolina y gasóleo), y el transporte de mercancías por carretera ha demostrado ser durante la crisis sanitaria una actividad más que esencial para asegurar el adecuado suministro de bienes de primera necesidad (alimentos, medicinas, productos higiene, etc), hay que buscar la fórmula para que el transporte por carretera se descarbonice, si quiere mantener este volumen actual y además pretende seguir creciendo.

Así las cosas, la primera afirmación que hace ACEA es que para conseguir una Europa cero emisiones en 2050, en 2040 ya solo deberían venderse camiones nuevos de cero emisiones (eléctricos de batería o de pila de combustible).

Y, aunque establecer un objetivo es bueno, solo con establecer el objetivo no se avanza, hay que fijar los pasos para alcanzarlo, reprocha ACEA al Consejo Europeo. Porque, hacer los camiones cada vez más eficientes desde el punto de vista climático, para los fabricantes ha sido siempre una prioridad, aunque solo fuera por razones competitivas, pero reducir las emisiones en unos pocos porcentajes cada año no es suficiente. Hay que ser más ambicioso y agresivo. Es la opinión de los fabricantes.

Y los fabricantes afirman que ellos hoy, en 2020, dan el paso para conseguir este objetivo, que implica una reestructuración de la industria de automoción y de la cadena de valor de todos los sectores del transporte, y de los que dependen de los vehículos comerciales e industriales. Porque, los vehículos de cero emisiones ya están llegando a los mercados europeos, pero no en número suficiente como para producir un cambio de paradigma, cambio que no se va a producir si los operadores de transporte no sienten esa necesidad y, sobre todo, si no ven factible poder cumplir sus compromisos con sus clientes por la falta de infraestructura.

Necesidad de desarrollar una infraestructura previa y específica para camiones

Solo la demanda de camiones cero emisiones puede impulsar el cambio de paradigma y poder cumplir con los objetivos. Los operadores de transporte no van a realizar esta demanda si no pueden repostar sus camiones de forma sencilla y asequible.

Y es que hay que tener en cuenta que los camiones tienen unas necesidades de recarga diferentes de las de los turismos, lo que implica disponer de una red específica para camiones, tanto por las altas demandas de potencia y energía que requiere una red de megacargadores para mantener el flujo de la logística, como por los requisitos específicos de espacio y acceso.

El desarrollo rápido de una red de infraestructura de recarga es imprescindible y previo al despliegue de una red significativa de camiones de cero emisiones, porque los transportistas solo comprarán este tipo de camiones si tienen claro que van a poder cumplir con sus compromisos de transporte.

Y los fabricantes junto con los operadores de transporte pueden trabajar en el desarrollo de esta red, pero son los políticos de la Unión Europea, afirma ACEA, quienes deben tomar las medidas urgentes para hacerlo posible.

Y, advierten los fabricantes, la parte fácil es desarrollar la infraestructura, lo más complicado es el acceso a las redes eléctricas con la capacidad adecuada.

O se penaliza el diesel y las emisiones de carbono, o no habrá cambio de modelo a cero emisiones

Para los fabricantes de camiones hay otra cuestión sobre la mesa que es imprescindible abordar, si realmente se quiere dar el paso a una Europa cero emisiones: el precio de las emisiones de carbono, ligadas al uso del diésel.

Así, afirman que «mientras el diésel siga siendo más barato, esta tecnología no despegará». Los vehículos de cero emisiones tienen que pasar a ser la mejor opción de compra para los operadores de transporte y, para conseguir esto, se necesita que el precio del diésel lo impulse, gracias a reflejar en su precio de forma adecuada los costes totales de las emisiones de CO2.

Así, ACEA urge a los responsables políticos a que tomen decisiones en esta línea que pueden ser: incluir el transporte de mercancías por carretera en el sistema de comercio de derechos de emisión, repercutir las emisiones en peajes y fijar un sistema impositivo sobre la energía que se base en la contaminación del carbono.

La conclusión a la que llegan los fabricantes es que, fijar de forma razonable el precio de las emisiones de CO2 del diésel «podría ser la forma más eficaz de lograr la transición hacia un futuro climático seguro y limpio.»

Pero esta política no debe afectar solo al consumo del diésel en automoción, también a su uso para producir energía limpia, de forma que se desincentive su empleo en la producción de electricidad o hidrógeno. Es decir, la descarbonización debe llegar a todos los estratos implicados en la consecución de un transporte cero emisiones.

Los fabricantes están ya listos para un sistema de transporte cero emisiones

Termina su comunicado ACEA conminando a los políticos y a la sociedad a que se unan a sus objetivos para conseguir esta Europa cero emisiones en 2050, porque los fabricantes no pueden hacerlo solos.

Los políticos son necesarios para legislar los cambios necesarios que deben realizarse para que los camiones de cero emisiones sean la mejor opción, pero los ciudadanos deben implicarse de la misma manera para hacerlo realidad. La industria y la ciencia ya trabajan juntas para acelerar esta transición energética, ahora es necesario el compromiso político y de los ciudadanos, porque «solo todos juntos podremos doblar la curva de las emisiones.»

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