En aras de la movilidad y la seguridad vial todo cabe cuando se trata de restringir los derechos de las empresas de camiones y limitarles todavía más su actividad. En una carta remitida a las organizaciones nacionales de transporte, Pere Navarro, director de la DGT, se reafirma en la necesidad de establecer esta nueva restricción que retendrá a los camiones que circulen por la AP1 en dirección a la frontera francesa en Burgos todos los domingos de verano y otros festivos.
No hay opción para los camiones: o se les obliga a desviarse a las autopistas de peaje, pagando el peaje, para permitir la movilidad y la seguridad vial del resto de los vehículos o, una vez que la autopista ha sido liberada de peaje para todos (como la AP1 desde diciembre de 2018), se les prohíbe circular en determinadas fechas para asegurar la movilidad y la seguridad vial del resto de los vehículos.
Afirma Pere Navarro, en la carta dirigida a las organizaciones nacionales de transporte, que, en 2019 el tráfico en la AP1, en el tramo liberado de peaje, ha aumentado por encima del 24% en relación a 2018. Se trataría de 52.087 vehículos más que han circulado por la AP1 una vez liberada, de los cuales, él mimo reconoce, los camiones solo representan una tercera parte (poco más de 18.000).
Os recordamos que la prohibición de circular para los camiones que quiere fijar la DGT supone que todos los domingos desde el 7 de junio al 13 de septiembre de 2020, y de 16:00 h a 21:00 h, no podrán circular desde Burgos por la AP1 en dirección a la frontera francesa.
Tampoco podrán circular en el mismo horario los domingos 22 de marzo y 3 de abril; los lunes 12 de octubre y 2 de noviembre y el martes 8 de diciembre.
Esto supone que, en estas fechas, los camiones que vayan en dirección a la frontera con Francia o bien reorganizan sus rutas y los tiempos de conducción de sus trabajadores, si pueden, para que no les pille la restricción, o bien, perderán al menos media jornada de trabajo ya que son 250 kilómetros hasta la frontera. De nuevo, nuestra propia administración dinamita la competitividad de nuestras empresas.
Esto, por no hablar de un «mal menor» y es la inexistencia de áreas de servicio en el entorno de Burgos para acoger miles de camiones hasta que puedan circular.
FENADISMER una vez más manifiesta su oposición al argumento de que la culpa la tienen siempre los camiones. No acepta que se limiten de esta forma tan poco justificada los derechos fundamentales de libre circulación y de libertad de ejercicio empresarial de las empresas de transporte y, por eso, va a proponer al resto de organizaciones del Comité Nacional que se acuerden acciones de rechazo contra la aprobación de esta nueva restricción.
