Hace unos días os comentábamos aquí mismo que el Paquete de Movilidad, que trata de establecer unas reglas de juego «leales» para el transporte internacional, puede ser aprobado en unos meses, pero, los Países del Este ya han amenazado con que lo impugnarán por considerar que introduce medidas ilegales.
Más de dos años ha tardado en alcanzarse un acuerdo sobre el Paquete de Movilidad y esto ha sido así por la diferencia de criterio en las medidas que deben aplicarse al transporte internacional, para hacerlo más justo para todas las empresas de transporte europeas, entre los países occidentales y los países del Este.
Lo que para unos (salario mínimo, restricciones al cabotaje, vuelta del camión cada cuatro semanas a su país de residencia…) supone equilibrar las reglas de juego bajo las que trabajan todas las empresas de transporte europeas, para otros supone implementar unas medidas proteccionistas que son contrarias al libre mercado y a la libre circulación de mercancías y personas. Evidentemente, los primeros son los países occidentales (Francia, Alemania, España, Italia…) y los segundos, los países del Este (concretamente han amenazado al Paquete de Movilidad antes incluso de su aprobación, Bulgaria, Rumanía, Polonia, Hungría, Letonia y Lituania).
Lo que es evidente es que en los últimos diez años, el transporte internacional está dominado por las empresas de los países del Este, que han crecido de forma exponencial. En el ranking de empresas de transporte internacional por toneladas por kilómetros recorridos en Europa destacan siete países del Este entre los diez primeros. Lidera el ránking holgadamente Polonia. Otros países entre los diez primeros son República Checa, Hungría, Eslovaquia, Lituania, Rumanía y Bulgaria. Todos ellos países que, por población y PIB ,no se justifica el volumen tan enorme de mercancía que es movida por sus camiones.
En el lado contrario tenemos que, menos del 9% de las empresas francesas hacen internacional y menos del 13% de las alemanas.
A esto sumamos la deslocalización. Un importante número de empresas establecidas en estos países del Este realmente son empresas que tienen su actividad en países occidentales (España, por ejemplo), pero se establecen en estos países porque el coste fiscal, laboral y social es infinitamente más bajo que en sus países. Aunque su actividad real la realizan en otros países, y no en estos países del Este donde realmente no tienen ninguna actividad, pasando sus camiones (y conductores) la mayor parte del tiempo fuera del país donde supuestamente tienen el establecimiento. Y esta situación es legal, se hace al amparo de la libertad de establecimiento que tienen las empresas en el territorio de la Unión Europea.
De ahí que los países occidentales quieran establecer medidas que obliguen a las empresas de todos los países de la Unión Europea a trabajar con reglas similares (por eso se fija un salario mínimo para todos los conductores o se obliga a los camiones a acudir cada cuatro semanas a su país de establecimiento).
Y esto, el tener que acudir el camión cada cuatro semanas a su país de establecimiento es lo que más enervados tiene a los países del Este.
