
El Brexit está trayendo unas consecuencias para los transportistas que, en un principio, ni se plantearon, como la prohibición de hacer cabotaje en Francia al retornar de Reino Unido, ya que éste se ha convertido en un tercer país.
Reino Unido es un país tercero, no perteneciente a la Unión Europea, lo que implica que retornar de un transporte realizado a este país supone que no se puede realizar transporte interior en otro país de la Unión Europea, lo que se denomina cabotaje. ¿Por qué? Porque la normativa que regula el cabotaje lo deja bien claro: puedes hacer transporte interior en un país en el que no se tiene sede ni establecimiento siempre que sea como consecuencia de la continuación de un transporte internacional entre dos estados miembros de la Unión Europea.
Reino Unido ya no lo es, por lo que está prohibido para los transportistas españoles que proceden de Reino Unido realizar transporte de cabotaje en Francia (o en cualquier otro país), muchos en vacío por el aumento de carga burocrática, de los tiempos de cruce de fronteras y de las cargas administrativas aduaneras que supone salir cargado de un país no comunitario y entrar en territorio de la Unión Europea.
Hay que tener en cuenta que Francia es el país comunitario que más transporte de cabotaje por parte de empresas españoles absorbe: un 89,2% del total de cabotaje que realizan transportistas españoles. El resto se reparte entre Portugal con un 3,1%, Italia con un 2,8% y Alemania con un 2,3%.
Sí puede hacerse transporte internacional al retornar de Reino Unido, cargar en Francia con destino a otro país, pero no cargar en Francia con destino dentro de Francia.