Seis Países del Este de Europa, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Polonia, Lituania y Letonia, han iniciado una ofensiva interinstitucional contra el Paquete de Movilidad en un intento de modificar el contenido aprobado por el Parlamento Europeo hace unas semanas.
Desde el inicio, el Paquete de Movilidad ha tenido muchas dificultades para su aprobación por las diferencias entre los países del Este y del Oeste de Europa.
La finalidad del Paquete de Movilidad no es otra que establecer unas reglas de juego leales y equitativas para todas las empresas de transporte europeas, con indiferencia de su país de establecimiento. Acabar así con el dumping social, y también con la competencia desleal que ejercen las empresas deslocalizadas en estos países.
Sus menos costes fiscales, laborales y sociales han dado lugar a que flotas occidentales se hayan establecido en estos países para beneficiarse de su diferencial de coste y seguir trabajando en Europa occidental. A la vez, a las propias flotas de estos países les ha permitido crecer exponencialmente haciéndose con cuotas de mercado de transporte internacional gigantescas en países como Alemania Francia o Italia, cuyas empresas de transporte prácticamente no hacen transporte internacional desde la entrada de estos países en la Unión Europea.
Por eso «el victimismo» con el que se han dirigido a las instituciones comunitarias para presionar la modificación del Paquete de Movilidad ya aprobado, no resulta creíble.
Alegan que las medidas adoptadas no son realistas, son desproporcionadas y discriminatorias, pues pone en peor situación a las empresas de transporte de sus países con estas exigencias (las mismas para las empresas de transporte de los países occidentales) que a las de terceros países.
Alegan que algunas de estas medidas son contrarias a la lucha contra el cambio climático, como el hacer ir a su país de establecimiento al vehículo cada cuatro semanas, o la nueva regulación del cabotaje, que hará aumentar hasta 100.000 Tn de CO2 por el aumento de trayectos en vacío.
Y, alegan también, que la regulación de los trabajadores desplazados es contraria a las libertades básicas con un considerable impacto negativo en el Mercado Único.
Como ya os comentamos hace unos días, tras su aprobación por el Parlamento Europeo, el Paquete de Movilidad ha iniciado su andadura en el trílogo que deberá culminar con su aprobación antes de fin de año.
