El Parlamento Europeo ha votado la propuesta de la norma de emisiones Euro 7 presentada por la Comisión de Transportes. El texto aprobado inicia la recta final para una regulación de la norma de emisiones Euro 7 que no complace a nadie, ni a fabricantes ni a organismos que buscan un claro compromiso con el medioambiente, con el objetivo de salvar vidas y aliviar el cambio climático.
El Parlamento Europeo ha votado la propuesta de la norma de emisiones Euro 7 presentada por las Comisión de Transportes del Parlamento y ha resultado aprobada con 329 votos a favor y 230 en contra. La propuesta aprobada suaviza bastante los límites de emisiones aprobados por la Comisión en su propuesta de Euro 7 de hace un año, sin embargo, no complace a nadie, porque para los fabricantes de camiones, en palabras de su asociación ACEA, sigue siendo demasiado estricta, en un momento en el que están trabajando de lleno en transformar su industria para la fabricación de modelos cero emisiones, mientras que los organismos representados por Transport&Environment consideran que, si los parlamentarios fueran honestos, habrían llamado a esta propuesta aprobada Euro 6F y no Euro 7.
Con esta votación, entramos en la fase final de redacción de este Reglamento, ya que ahora Parlamento, Consejo y Comisión deben dar luz a un texto definitivo que recoja el espíritu defendido por las tres instituciones: más estricto el de la Comisión en cuanto a niveles de emisiones exigidos, fechas de entrada en vigor (julio de 2027 para camiones y buses y julio de 2025 para furgonetas y coches) y pruebas para constatar que se cumplen los niveles de emisiones; muy laxo en sus niveles de exigencia y plazos de entrada en vigor el del Consejo Europeo e intermedio el del Parlamento Europeo.
La propuesta de la Comisión Europea, realizada en noviembre de 2022, incluyó además de las rebajas de emisiones de NOx, partículas, amoníaco y monóxidos de carbono, limitaciones a las emisiones de partículas de los frenos (solo para turismos) y de los microplásticos de los neumáticos. Además, para acelerar la transición a vehículos eléctricos, incluía endurecer las exigencias de durabilidad de de las baterías.
Todo esto junto con test exigentes para validar los niveles de emisiones reales de los vehículos y la necesidad de disponer a bordo de un dispositivo que recogiera en tiempo real datos como el consumo de combustible o el estado de las baterías.
La propuesta que ha aprobado ahora el Parlamento Europeo, en comparación con la propuesta de la Comisión supone:
- Una relajación importante de los niveles de emisiones de NOx para vehículos pesados, duplicando el nivel de emisiones permitido respecto a los propuestos por la Comisión.
- También se rebajan de forma destacada los límites de emisiones de NOx propuestos por la Comisión para los vehículos ligeros: un 30% más de emisiones serían permitidas de salir adelante la propuesta del Parlamento.
- Se vuelve a requerimientos Euro 6 en cuanto a las exigencias de test para camiones y autobuses, para probar su nivel real de emisiones en condiciones reales de conducción, según la aceleración, temperatura, la altitud. Lo mismo en el caso de los vehículos ligeros.
- Además, se retrasa de forma importante la implementación de esta normativa de emisiones sobre la propuesta de la Comisión: hasta julio de 2030 para camiones, como pronto.
Mejor llamarlo Euro 6F que Euro 7
Por todo esto, para Transport&Environment, esta propuesta aprobada por el Parlamento Europeo debería llamarse Euro 6F (es decir, una evolución más de la norma Euro 6 que se aplica ahora), en lugar de llamarla Euro 7. Para esta organización, esta propuesta es un claro paso atrás en la consecución de los objetivos medioambientales de la Unión Europea, además de que pone en tela de juicio el objetivo de salvar las miles de vidas que cuesta el cambio climático y la contaminación cada año.
Sin embargo, para los fabricantes, representados por ACEA, la propuesta del Parlamento Europeo sigue siendo demasiado exigente, aunque es más «realista» que la de la Comisión. Sin embargo, opinan, la norma Euro 7 planteada por el Parlamento implica unas inversiones y un elevado precio que la industria de la automoción, inmersa en la transformación hacia productos cero emisiones, no puede afrontar, sin perjudicar ni comprometer su propia viabilidad y compromiso con la sociedad.
Con lo único que se muestra de acuerdo ACEA es con la inclusión de los límites de las emisiones de partículas de los frenos y de los microplásticos de los neumáticos «ya que serán las únicas emisiones que tengan los vehículos en el futuro.»
La propuesta de Euro 7 aprobada por el Parlamento Europeo
En la propuesta aprobada por el Parlamento Europeo se ha incluido:
- Que los vehículos dispongan de un «pasaporte medioambiental» actualizado con la información sobre consumo, estado de las baterías, los límites de emisiones, los resultados de las ITV…
- Establece requisitos requerimientos de vida útil de los motores y de los sistemas de control de las emisiones.
- Mantiene la obligación de instalar sistemas de monitorización a bordo de parámetros como el exceso de emisiones de gases de efecto invernadero, del consumo real del vehículo o del estado de la batería.
- También mantiene establecer reglas específicas para pequeños y muy pequeños fabricantes de furgonetas y vehículos pesados. Se refiere al volumen de producción. Aunque, en relación con los pequeños fabricantes de vehículos pesados, el Parlamento europeo ha dispuesto que se retrase la aplicación de la obligación de vender solo vehículos con esta norma Euro 7 hasta el 1 de julio de 2031, un año más que para los de vehículos ligeros, que tienen hasta el 1 de julio de 2030.
El Parlamento también establece diferentes periodos de entrada en vigor de estas disposiciones, en función de cuando esté en vigor toda la regulación que implica un Reglamento de este tipo: una vez que esté todo publicado y en vigor, los fabricantes de vehículos ligeros tendrán 24 meses para aplicar esta norma Euro 7 y 48 meses para los fabricantes de vehículos pesados.
