En la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, Julio Villaescusa, presidente de FENADISMER, aprovechó la ocasión que se le brindaba para poner de manifiesto cómo, entre otras circunstancias, la realización de las labores de carga y descarga por parte de los conductores, supone un agravante en la fatiga que incide negativamente en la seguridad vial. Ésta es una más de las razones para prohibirla.
Pero, tanto la intervención de Julio Villaescusa, como la ronda de preguntas de los representantes de los diferentes partidos políticos en la Comisión de Seguridad Vial, dio mucho más de sí: se habló de la situación de los conductores durante el primer estado de alarma (todos los representantes políticos coincidieron en reconocer y agradecer profundamente la labor llevada a cabo por el sector en unos meses en los que, si no hubiera sido por su esfuerzo, dedicación, profesionalidad y sacrificio personal, las cosas hubieran sido muy diferentes para el conjunto de los ciudadanos, de la sociedad e, incluso, de la salud pública), de la antigüedad del parque de vehículos, de la siniestralidad del transporte de mercancías por carretera, de la escasez de conductores (provocada por las malas condiciones en las que se tiene que realizar un trabajo de por sí sacrificado lo que hace muy poco atractiva esta profesión para gente joven); de la desregulación del transporte ligero; de la eliminación del requisito de antigüedad de los vehículos para acceder al transporte y la necesidad de fijar nuevos requisitos que potencien el rejuvenecimiento de la flota por razones de seguridad vial y de mayor protección del medioambiente; y, por supuesto, de la realización de las operaciones de carga y descarga por parte de los conductores.
La Comisión de Seguridad Vial del Congreso se reunió y convocó a Julio Villaescusa, como representante del sector del transporte de mercancías por carretera, con ocasión de la elaboración de la Estrategia de Seguridad Vial 2021/2030 que se está llevando a cabo en el Congreso de los Diputados.
La seguridad vial en el sector del transporte
En cuestiones de seguridad vial, Julio Villaescusa destacó en su intervención cómo la pandemia invirtió, durante el primer estado de alarma, la tendencia a la baja de la siniestrabilidad y del número de fallecidos en el transporte: fallecieron tres veces más conductores en las semanas de confinamiento que durante el mismo periodo del año anterior. Las razones: el estrés. Un estrés provocado no solo por la situación general, si no también por las condiciones de esfuerzo máximo y fatiga a la que se vieron avocados los conductores: flexibilización de los tiempos de conducción y descanso que les permitía conducir más y descansar menos; lugares de restauración y descanso cerrados; prohibición de utilizar servicios en plataformas de carga y descarga… y realización de las labores de carga y descarga, aún en contra de las recomendaciones de la propia Comisión Europea y del Ministerio de Transportes, para evitar la propagación de los contagios, ya que los conductores, por su elevada movilidad podían suponer un vector importante de contagio.
Es en esta situación que el Comité Nacional solicita al Ministerio que prohíba, al menos mientras dure la pandemia, que los conductores realicen la carga y descarga, ya que las recomendaciones no habían hecho ningún efecto, pero el Ministerio declinó la solicitud. No lo consideró necesario.
La necesidad de regular la carga y descarga por parte de los conductores
Para un conductor de larga distancia, tener que cargarse o descargarse el camión supone un trabajo extra, que, dejando al margen que no le corresponde hacer, redunda negativamente sobre la seguridad vial, al incrementar la fatiga y las horas trabajadas.
Porque, como señaló Julio Vilalescusa, el propio trabajo de conductor ya conlleva riesgos para la salud de los conductores: las largas jornadas de trabajo/conducción; una posición sedentaria, largo tiempo fuera de casa durmiendo en la cabina del camión, conducción nocturna…
Pero, además, un informe del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo (datos de 2004) afirma que, al menos un tercio (un 35% en concreto) de los partes de accidentes de trabajo de los conductores son por incidencias durante la realización de la carga o la descarga (por maquinaria utilizada que no es propia; caída de mercancías, por carga y peso excesivo…), y es que, más del 70% de los conductores se ven obligados a participar en dichas tareas, aunque la norma dice que, como regla general, estas funciones corresponden al cargador y destinatario respectivamente.
Los conductores encuestados tras el primer estado de alarma afirman, en un 54% verse obligados a hacer la carga y descarga y en un 83% haber tenido miedo de contagiarse.
Las restricciones a la circulación perjudican la conciliación
Todos los trabajadores tienen derecho a la conciliación, menos los conductores profesionales, reconoce Julio Villaescusa. Soportan las restricciones, a menudo aparcados en áreas de descanso durante fines de semana, festivos, condiciones meteorológicas adversas… que les impide llegar a su domicilio a realizar un descanso en condiciones. Soportan el riesgo, la responsabilidad que conlleva conducir un camión cargado, el desarraigo, el estrés, una remuneración no acorde al trabajo realizado… todo suma para hacer poco atractiva la profesión para la entrada de nuevos conductores y para incrementar el riesgo en carretera.
Se pregunta Julio Villaescusa, porqué en periodos de restricciones por vacaciones, puentes, etc. los camiones no pueden circular en las horas en las que apenas hay tráfico, especialmente las nocturnas. No, se ven obligados a pasar el descanso en un área de servicio con las carreteras vacías durante horas.
La desregulación normativa no influye en la seguridad vial
Si hay un sector en el que los índices de siniestralidad aumentan cada año, es en el del transporte ligero. Especialmente desde su desregulación en 2013: se eliminaron los requisitos de acceso al sector (capacitación profesional) y con la sentencia del Supremo contra la antigüedad máxima de los vehículos, se eliminó el único requisito que había para ejercer la profesión en vehículo ligero (hasta 3500 kg. de MMA). FENADISMER opina que la forma de solucionarlo es reestablecer esta titulación obligatoria para acceder también al transporte ligero, como sucedió hasta dicho año y como es tendencia en los países de nuestro entorno.
Tampoco ayuda a la seguridad vial, opina Julio Villaescusa, la eliminación del requisito de antigüedad para acceder al sector: ahora con cualquier camión de cualquier antigüedad, sea Euro 1 o 2 o 3, puede accederse al sector si se cumplen el resto de requisitos. Ni favorece a la seguridad vial, ni al medioambiente ni a la necesidad de mantener regulado un sector esencial como es el del transporte de mercancías.
El Ministerio de Transportes ha rechazado las sucesivas peticiones y sugerencias del Comité Nacional sobre la necesidad de establecer algún tipo de requisito en relación con la antigüedad. FENADISMER lo tiene claro: por coherencia con los compromisos medioambientales españoles y europeos, el cumplimiento de los objetivos de descarbonización del sector y conseguir mantener a raya la siniestralidad, al menos, debería exigirse acceder al sector con un camión Euro 6.
